domingo, 12 de junio de 2016

Elegimos de qué somos parte

B está enferma. Mi mamá dice que es una niña con espíritu fuerte. Yo no puedo dejar de admirar su ánimo. Es tan diferente a mí: tan vital... Tiene una infección en la garganta, así que no es algo grave, pero me preocupa porque la hace vomitar y eso es una patada en el trasero para nuestra estrategia de engorda; además, las calenturas en los bebés me dan miedo por la impresión que me dejó la película sobre la vida de Hellen Keller y el tramafac que le dio a mi hermana -la que sigue de mí- cuando mi mamá intentó bajarle una fiebre, bañándola con agua fría.

El caso es que le he puesto a mi niña, ropa cómoda y bonita, de colores vivos, para hacer "vibra de recuperación". Ahora duerme, y según mi mano, la temperatura está controlada. Yo estoy cansada -muy cansada-, pero aprovecho para ver qué hay en el mundo y Twitter me dice que en Orlando, un homófobo atacó a decenas de personas.

Creo notar que han aumentado los crímenes de odio en estos días (respecto al ritmo del último par de años). No me detengo a leer esas notas: veo los encabezados de los artículos y paso de largo; pero pienso en lo que hago con B para que no sea parte de esa locura de mundo. Estoy convencida de que ser parte de lo bueno o ser parte de lo malo, irradia; yo no irradio odio y ella tampoco lo va a hacer.

Hoy por la mañana pensaba en la tontería de una frase que a veces he soltado y le he oído a otras personas, sobre todo a mamás: "prefiero que le dé esto a que le dé aquello". Yo estaba pensando que mejor la noche de vómito y dolor, a la noche de fiebre, porque al fin el vómito y el dolor no la ponen en peligro, al menos no en peligro "inminente". Antes de acabar de pensarlo, me reprendí a mí misma: "qué tontería 'mejor algo menos peor'". Lo que una quiere es lo bueno completo y en eso debe enfocarse el alma; pero viendo a mi niñita dormida, ajena a la maldad de allá afuera, pienso: "mejor que esté enferma de la garganta y no de lo que tiene esa gente".

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Mejor nuestra situación que la de la mayoría de las personas del mundo. Somos unos privilegiados.
    Besos.

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    1. Yo me sé privilegiada. Vivo en una ciudad más segura que otras. Pero no vivo en una comunidad que respete la diferencia...
      Besos, Macondo.

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