martes, 18 de noviembre de 2014

Medicamentos genéricos

No deja de sorprenderme la diferencia de precio entre el medicamento de una marca reconocida y el del genérico. El genérico puede costar menos de la mitad, y eso puede hacer la diferencia entre comprar o no, algo que se necesita. Cuando aparecieron en el mercado, las marcas que vendían genéricos (como la "marca propia" de una farmacia) tuvieron el cuidado de instruir: que no sea una marca reconocida, no es lo mismo a que no haya marca: no comprar productos "sin marca", porque no hay laboratorio que los respalde. Luego aparecieron señalamientos a los genéricos más famosos: los del "Dr. Simi" (AQUÍ una nota del 2001). En el nombre llevaban la mancha: "similar" no es "igual".

A menudo, el producto genérico adolece de "diseño": una enorme tableta para la inflamación de garganta (¡!), una pastillita que deja rastro de un mal sabor en el par de segundos que pasa sobre la lengua. Pero eso es lo de menos; hay medicamentos costosos que no están mucho mejor en ese sentido. Me apura más bien la duda de estar haciendo o no, lo correcto, y de sus consecuencias: entre la cultura de mercado y el conocimiento de que algunos alguna vez -¿muchas veces?- han sido fraudulentos, me pregunto cuando se ofrece, si estará bien elegir el genérico...

Silvia Parque


4 comentarios:

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    1. Yo si se trata de un resfrío, dolor, o cosa así, también; pero si es otra cosa, a veces no tanto; sin embargo, el costo de las opciones casi siempre me hace acabar eligiéndolos.

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  2. si lo venden en la farmacia supongo que no hay problema. Un beso.

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    1. Pues es que luego pasa cada cosa... ya ves la nota que pongo...
      Un beso, Susana :)

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