jueves, 30 de octubre de 2014

Pensarlos vivos

"Para mí no están desaparecidos, para mí fueron raptados
por los uniformados que son policías muncipales de Iguala, Guerrero".
Emiliano Navarrete, padre de José Ángel

Ayer por la noche oí la conferencia de prensa que ofrecieron los padres de los estudiantes de Ayotzinapa, desde un Centro de Derechos Humanos. [AQUÍ hay una recopilación de frases relevantes.]

Lloré las dos veces que oí a los padres hablar de encontrar con vida a sus hijos. Estoy más llorona que de costumbre, así que no sé si es para llorar, pero sentí que se me hundía algo adentro. La exigencia de encontrarles con vida, en mi caso como entiendo que en el de otros tantos, es cuestión de principios. Deberían estar vivos, por lo tanto, se exige recuperarlos con vida. Pero ni esos otros tantos ni yo suponemos que estén con vida; sobre todo después de conocer presuntos dichos de implicados. Sin embargo, ahora me doy cuenta de que otra tanta gente puede efectivamente esperar que regresen con bien a sus casas, y aunque yo pienso que todo es posible, no es lo que creo que pase en este caso particular. Ojalá me equivoque. El caso es que pensar en la esperanza real de padres y madres que todos los días se preguntan si su hijo estará comiendo, si le estarán maltratando, que todos los días tratan de dormir con la falta del abrazo que necesitan dar, me parece la cosa más triste del mundo.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Creo que es casi lo peor que le puede pasar a una persona que es padre o madre. Un beso.

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  2. Silvia, habría que estar hecho de palo para no llorar con noticias como ésta y creo que como seres humanos es cierto lo que dices y todos somos setenta mil muertos, sean los de allá o los de acá.

    Coincido contigo, ojalá sí estés equivocada.

    Un abrazo grande.

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    1. Hay cosas que nos hacen sentir igual de seres humanos que los de otros lados, ¿verdad?
      Un abrazo grande, Taty.

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