martes, 7 de octubre de 2014

Los animales no son personas

Los animales no son personas. Aunque parezca evidente, porque no son seres humanos, creo que no es ocioso recordarlo, a la vista de algunas defensas de los animales, que me parecen un tanto disparatadas -como nota: "persona" no es lo mismo que "ser humano"-. Los animales son seres vivos. Desde mi visión, son seres vivos a quienes debemos cuidado por nuestra posición superior en la escala evolutiva. Sí: posición superior; no somos iguales. ¿Que nosotros inventamos esa escala? Pues sí: así como creamos la cultura entera. ¿Que algunos animales se portan mejor que muchos humanos? Pues sí, penosamente, y de cualquier forma: primero están las personas. ¿Que es injusto para los animales? Posiblemente; es más: probablemente -"probable" no es lo mismo que "posible"-. Nosotros creamos la escala de valores; no solo "administramos" la justicia: la creamos, y "el que parte y comparte, se queda con la mejor parte"; lo digo con cinismo por falta de otro recurso, pero así lo veo.

Estoy en contra de usar a los animales como cosas: son seres vivos; claramente sienten dolor, y sea o no que sientan sufrimiento -"sentir dolor" no es lo mismo que "sufrir"- está mal molestar a otro ser vivo, es malo causar dolor, y es inhumano sujetar a un ser vivo a un dolor continuo. Por lo tanto, no pueden gustarme los experimentos con animales, que siquiera les causen incomodidad. Pero que no me gusten no quiere decir que no los acepte, si no hay otro medio descubierto para investigar sobre algo que eventualmente pueda servir para paliar un dolor humano. Me parece execrable el modo en que se trata, en muchos rastros o equivalentes, a los animales con cuyos cuerpos nos nutrimos. Admiro a las personas que en oposición a formas inhumanas de cría y de matanza, dejan de comer carne, en tanto no pueden asegurarse de que la carne llegó a su mesa tras un proceso aceptable. Creo que eso debería hacer una persona que piensa lo que expuse que pienso; pero yo pongo primero mi necesidad de proteínas y mi estilo de vida, que no es solamente "gusto", que es también necesidad cultural -no por "cultural", menos "necesidad"-. Y no acepto que mi chuleta venga de un "asesinato". Por último: hay una diferencia importante entre matar para comer, y divertirse molestando, causando dolor, y/o matando. Pero tampoco voy a llamar "asesino" a un cazador o a un torero, aunque a veces sienta ese impulso.

Todo esto, porque estaba pensando en las mascotas. Mi abuela, de tiempos en los que la gente era más ruda, no podía entender cómo se podía gastar dinero en una mascota; conocía a una señora que le compraba buena carne a sus perros, y mi abuela la criticaba, diciendo que cómo hacía eso, con tantos niños sin poder comer carne. Yo no pienso como ella: los animales de casa se convierten en "parte de nuestra familia", y corren con nuestra suerte: si podemos comprarles el mejor alimento, si podemos comprarles un gran sofá para su uso exclusivo, no hay algo malo en ello. Pero he puesto "parte de nuestra familia" entre comillas. No son familia humana. Es muy triste, pero sí: son sacrificables. Y no: el abuelo viejo y enfermo, el niño latoso, el tío con hábitos extraños, no son sacrificables. Con esto no quiero decir que esté bien que la gente se deshaga de sus animalitos -por ejemplo, cuando dejan de ser cachorros simpáticos-: creo que eso pasa usualmente porque la gente es irresponsable, y que habrá que ver cada caso, pero generalmente, el abandono o desprendimiento tienen de fondo algo que se merece un "tache". Pero no: los animales no son igual que las personas.

Silvia Parque

10 comentarios:

  1. Por supuesto que no. Ni siquiera tengo nada que matizar a lo que dices, si acaso añadir dos ideas más.

    Tenemos tendencia a "humanizarlos" convirtiéndolos muchas veces en especie de bebés hasta con el lenguaje y hasta como sustitutivos "de", y ésto al primero que perjudica es al animal en su propia naturaleza.

    No soporto esas frases .que se dicen mucho - aseverando además, y que no me parecen nada correctas, como "Quien no quiere a los animales no es de fiar o no quiere a las personas" o la que es aún peor "prefiero o quiero a los animales más que a las personas"

    Besos

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    1. Sí, los humanizamos; creo que puede ser bueno porque hay personas que solamente así -por humanizarlos- les dan un buen trato. Pero estoy de acuerdo contigo, esto les perjudica cuando se pretende tratarlos como lo que no son. Yo digo que mis tortugas son mis hijas, pero las tomo poco en las manos, rara vez las acaricio, no "juego" con ellas porque no son mamíferos. He visto perros "vestidos" de modo que no puede ser cómodo para ellos. Sin embargo, lo realmente preocupante de esta humanización, es que lleguemos a dejar de ver lo que señalo en la entrada: que no, no somos iguales.
      También creo que las ideas alrededor de las frases que mencionas, gravitan en el mundo de la desproporción. Me parecen chocantes, las dos. A mi abuela, por ejemplo, todos los animales de casa le parecían poco menos que molestias cochinas. Cambió con los años, y relacionándose con animales de casa -que no estaban en su casa-, pero así pensaba. Sin embargo, también creo que en el querer no se manda: se puede "sentir" más afecto por un perrito que siempre te está esperando y al que siempre le caes bien, que por un montón de familia que no te hace el menor caso. Mientras la persona no se olvide de que "sienta lo que sienta", primero están las personas...
      ¡Besos!

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  2. Perdona, ¿qué es un tache?. En francés es mancha.
    Estoy de acuerdo contigo pero aun así la verdad es que dañar a un animal por placer me parece imperdonable. Un beso.

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    1. :) Un "tache" es lo que en inglés sería una "bad mark"... normalmente es la figura de una "equis".
      Yo no puedo ver cómo se daña por placer a un animal, me descompone...
      Un beso, Susana.

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  3. Las personas que humanizan a sus compañeros animales me dan algo...

    Suelo ir al parque a que Jet socialice y entrene, quizás también aprendo de las personas que llevan a sus compañeros caninos. Veo cómo una chica (toda "nice" vestida) lleva a su pomeranian intacto. Bellísimo animal, todo esponjado y limpio, hasta perfumado.
    Jet se acerca a convivir con él y el pomeranian mueve la cola, llega un doberman y quiere jugar con él y la dueña lo carga y se lo lleva...También lo tiene en correa...no vaya a ser que se ensucie con el lodo su perro recién bañado...

    Creo que ella no lo sabe, pero está privando a su compañero de la oportunidad de ser lo que es...un perro.

    Los perros corren, no se fijan en los tamaños, se ensucian, orinan por todos lados, ladran, se enojan entre ellos y se ponen límites muy claros, se meten al matorral al que tu nunca entrarías...

    Creo que deberíamos aprender a ser más animales...a veces...muchas veces...

    Hay que ir al parque a ver a los perros, ¿cuándo nos acompañas?

    :)

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    1. A veces parece que a la persona no le importa el animal en tanto "otro"; esos animalitos que no pueden ser lo que son, son "cosas" de sus dueños... me pregunto si eso tendrá alguna relación con las posibilidades de la persona, de mirar a las demás personas, de reconocerles en su valor de "otros"...
      Creo que estaría bien desaprender muchas cosas, para poder volver a nuestra animalidad; así atenderíamos más a nuestras sensaciones: comeríamos mejor, captaríamos mejor las necesidades de los otros... muchos nos hemos "desvinculado", por decirlo así, del cuerpo que somos, y del animal que somos...
      La semana que viene les acompaño, a ver si no me asusto con los dobermans que aparezcan ;)

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    2. Los dobermans de ahí son muy buena onda, algunos chiquitos son más "especialitos". Jaja

      ¡La siguiente semana entonces!

      Estoy de acuerdo con que hay que humanizar un poco a los animales...pero creo que hay que entender un orden:
      Primero y antes que nada el perro es un animal, luego es un perro, luego es una raza y finalmente es el nombre que le des...

      ¡Saludos! Te secuestraremos pronto.

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    3. Ah, qué bien lo has dicho :)
      Besos, bonita.

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