miércoles, 27 de agosto de 2014

Hacer que el otro pueda

Hacer que una persona "pueda", es apasionante.

Yo amé la docencia por la satisfacción que me producen dos cosas: estar permanentemente aprendiendo, y ampliar las posibilidades de otros. Mi vocación va por esa vía; pero reconozca el "ampliar posibilidades", en el terapeuta siendo instrumento para que una persona camine, o en el médico siendo instrumento para que una persona oiga.

Cuando el papá o la mamá consiguen que su niño ate las cuerdas de los zapatos, o que ande en bicicleta, seguramente también sienten una satisfacción de ese tipo, aunque más profunda y gozosa, con un orgullo mucho mayor.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Ayudar a otro a aprender es algo apasionante, pero los niños por desgracia olvidan muy pronto lo que has hecho por ellos. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Parte de lo mágico y de lo que más me ha satisfecho de ayudar a niños a aprender, es que la intervención sea de tal manera, que ni se note que estoy haciendo algo: ser un instrumento invisible ;) así no van a agradecer, pero van a quedarse con el cariño.
      Un beso, Susana.

      Eliminar