sábado, 12 de julio de 2014

Fijar un horario

Antes imaginaba con relativa frecuencia, que recibía una cantidad grande de dinero; imaginaba qué haría con eso. Pero un millón de pesos se terminaba rápido en mi imaginación, y me subía el presupuesto. ¿Qué haría si recibiera diez millones de pesos? Como podrá adivinarse: mejor que fueran veinte, o cien. Puestos a poner, ¿quién pone límite?

Tengo unos días acomodando mi horario y mi agenda, y más o menos así me pasa. Es una tarea muy agradable e ilustrativa. Puedo notar qué es lo que me importa, qué es lo que me place, hacia qué tengo ataduras. Es un acto de tomar posesión de la vida, porque la vida se hace de tiempo, porque el corazón se llena de lo que tiene nuestra atención.

Es gracioso. No solamente gané ocho horas al día, dejando un trabajo de tiempo completo, sino once horas, contando el tiempo de traslado casa-trabajo-casa. Y "no alcanza" para "meter" todo lo que quisiera. En esto, como en el presupuesto de dinero, apelo al milagro.

Silvia Parque

10 comentarios:

  1. Jaja, sí, un milagro se necesita, más para lo primero que para lo segundo.
    Yo he jugado mucho a eso de imaginarme cierta cantidad de dinero y lo que haría con él, pero yo sí encontraba el límite, hasta calculé exactamente cuanto necesitaba para cubrir todo lo que quería y lo que necesitaba durante x cantidad de años, para mí y mi hija. Era mucho, pero no creas, estaba todo medido y sin excesos, sólo me queda eso, el milagro.
    El tiempo nunca me alcanza, en el sentido de que otras personas ese mismo tiempo lo aprovechan mucho más, si por aprovechar se entiende llenarlo a tope de actividades, pero yo no sirvo para eso, entre una y otra necesito tener mis ratos de no hacer, de kitkat, sino me estreso mucho. Aún así me lo sé planificar a mi ritmo estupendamente. Dejo de hacer cosas, no soy multitarea, pero lo gano en la paz que necesito para seguir adelante sin terminar histérica y de mal humor.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ooops, no me dejó comentar mi compu :D pero bueno, te decía que sí: más milagro se necesita con el tiempo que con el dinero. Yo siempre que lo he pedido, lo he visto manifiesto; pero hoy, voy a lo grande: me estoy tardando en dejar este horario porque está hecho tal cual para mis prioridades: no mis necesidades, no mis gustos. ¡Es atrevido! Pero voy por mi mejor año, Inma :D
      Por otro lado: que te admiro mucho por haber logrado calcular cuánto necesitaba ¡¡!! Yo nunca pude, pero también hiciste trampita con que nada más para ti y tu hija: yo luego-luego empezaba a repartir: mi abuela, mi mamá, mis tíos, mis primos, tal causa, tal otra... :D :D
      Y te decía, también, que ya me he confesado antes no-multitarea, pero me encanta poder repetirlo con alguien que lo diga primero, porque en la oficina cuando iba a la universidad, estaba rodeada de mujeres multitarea, y llegué a sentirme una computadora de los setenta junto a una de las de ahora :D :D ¡Ah, la edad! Soy muy joven, pero ellas son más jóvenes :D Te decía que estaría bien hacer un grupo de encuentro de mujeres no-multitarea.Yo puede parecer que hago varias cosas a la vez, pero lo que sí pasa es que necesito muchos espacios de aire cuando hago una tarea, entonces si trabajo en algo tres horas, seguro interrumpí unas seis veces, y en esas "interrupciones", hice una entrada, le di de comer a las tortugas, etc. Depende de en qué proceso está, no podría todo-seguido-todo-seguido; muchas veces necesito pequeñas recompensas cuando avanzo algo, y me recompenso con lo que me gusta hacer. Porque esa es otra: yo no me pongo de malas con las muchas tareas, sino más bien, porque esas tareas, muchas o pocas, no me dejen hacer lo que sí quiero hacer. Necesito escribir, leer, ¡y pasé tanto tiempo sin leer un libro! Por supuesto, también necesito mi no-hacer; pero yo tengo que cuidar que sí sea hacer algo: contemplar, descansar, imaginar, porque en mi caso, el no-hacer me puede llevar a una desidia y pereza de cuidado. En eso, me estoy dando cuenta, tengo que tener cuidado; todavía no llego al extremo del alcohólico que no puede permitirse ni un chocolate envinado. Todavía puedo un no-hacer un rato, pero tiene que estar controlado. ¡Estoy tomando el control!
      ¡¡Besos, Inma!!

      Eliminar
    2. Hice trampita pero con mi memoria al comentarte. Aclaro que en mi presupuesto a lo grande siempre ha estado incluida mi hermana y mis padres claro, hasta el papá de la seta al que eximo de su responsabilidad con la pensión de alimentos, no más.

      Si recuerdas, yo tenía problemas morales con el no hacer nada hasta hace poco, cuando no trabajaba fuera de casa. Ahora ya no, al trabajar fuera y llegar tan cansada me siento justificada, y por ejemplo, después de comer el rato de la siesta es sagrado, me importa un pito que haya mil cosas que hacer, eso no me lo salto por nada.
      Besos

      Eliminar
    3. ¡¡Inma!! ¿Y así, lograste calcular la cantidad necesaria? ¡Honores dobles! :D A lo mejor tienes escondida una vocación de administradora :D
      Oye, eso de hacer nada, lo que pasa es que en tu caso es descansar, y lo ganas a pulso habiéndote previamente cansado. Cada quien tiene que saberlo de sí misma: digo, si se ha cansado, sea que trabaje en casa o fuera de casa, a veces las personas llegamos a un grado de crueldad con nosotras mismas, no dándonos descanso. Yo digo que ahí ni un gramito de culpa debe permitirse; acaso, si una se cansa demasiado rápido, habría que preguntarse por qué y hacer algo al respecto. Pero una persona que yo conozco, y de la que no voy a decir su nombre pero está tecleando este comentario, puede no hacer nada sin haberse previamente cansado, y dejando se le vayan hoooras.
      Con la siesta después de comer, yo me cuido más que de las drogas ilegales, porque entre hacer digestión y el sopor que me puede producir una cierta combinación de sueño diurno, solecito, cierta hora del día, luego ya no quedo bien, o me extiendo demasiado en lo de estar acostada. Si me tomo una siesta, es antes de comer; así, descanso,y luego de un ratito, puedo levantarme con la motivación de comer :D
      Oye, Inma, una preguntilla que a lo mejor es como la del video ese de "occidentales" ignorantes sobre los "orientales": ¿te pones la pijama cuando tomas siesta? o más bien, ¿es una práctica española usar ropa de dormir para la siesta? Porque lo hacen Mercedes y Antonio, en Cuéntame, y me extraña, pero lo han hecho así por diez años.
      ¡¡Besos!!

      Eliminar
    4. Jajaja ¿siesta de orinal y pijama? Noooooooo!!!!!!!!!!!! Yo creo que casi nadie hace así la siesta, yo no conozco a nadie vaya.
      Yo antes me tumbaba en el sofá, con luz y la tele bajita, ahora me voy a la cama, pero me tumbo encima de ella, no dentro, y vestida tal cual. Mis siestas son de una hora, no debo necesitar más porque automaticamente a la hora me despierto. Más que por necesidad de sueño es que me relaja

      Eliminar
    5. :D :D pues ahora lo sé... bueno, yo en orinal no había pensado, pero lo de pijama y meterse bajo las sábanas eso sí que se ve en el programa. ¿Pero te imaginas cuánto tiempo invertido? Yo leí que una siesta de más de cuarenta minutos no conviene, porque te roba sueño para la noche o te amodorra, pero si ya le tienes medido el tiempo a lo que necesitas, no hay nada mejor que eso: cada cuerpo sabe qué y cuánto le hace falta ;D
      ¡Besos, Inma!

      Eliminar
    6. Lo del orinal es que Camilo José Cela la nombraba así, y ya ha quedado como frase hecha.
      Los 40 ó 45 m. es lo que duermo, entre que cojo el sueño y eso.
      Besitos.

      Ah! te contesto aquí, con el antiinflamatorio, el tramadol y la mantita eléctrica dando calor hoy me puedo mover, al menos lo suficiente para ir a trabajar.

      Eliminar
    7. Qué vergüencita, fíjate, que no he leído nada de Camilo José Cela.
      El calor hace milagros. Mucha fuerza, Inma. ¡Ánimo! Espero que el trabajo sea leve.
      ¡Muchos besos!

      Eliminar
  2. A mí hace años que me sobra tiempo. Y llevo un rato pensando en si soy multitarea y ya no me acuerdo... Creo que sí... Lo que sí se es que soy capaz de no hacer nada. Hay gente que no, yo sí.

    Besos a las dos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ay, Telma, a mí se me da taaanto eso de "no hacer" :D tan a gustito puedo estar yo, de flojilla ;)
      ¡BESOS!

      Eliminar