domingo, 3 de noviembre de 2013

Filtrar el mensaje

Cualquier persona no es más que una persona: tendrá una visión limitada y le quedarán cosas por aprender. Nadie tiene la verdad absoluta. Creo que lo único sobre lo que nos es posible acceder a una verdad completa -que no absoluta-, es sobre nosotras mismas. Es difícil; no sé si conozca a alguien que se conozca a fondo y plenamente; creo que para eso es necesaria una vida de recogimiento como la que tal vez tengan algunos monjes. Si alguien está muy seguro de conocerse absolutamente, habría que dudar, porque una persona que se conoce por completo sabría de las regiones de sí misma vedadas para sí misma. No obstante, confío en que con disciplina e introspección, sea posible alcanzar el autoconocimiento suficiente para movernos por la vida con sensatez.

Si todas las personas no son más que personas, en los términos de los que hablo, entonces todo servicio, mensaje o parabien que provenga de cualquiera, vendrá con limitación humana, y habrá que filtrarlo para tomar lo que nos venga bien. El proceso de filtrar puede ser complicado, porque no necesariamente lo que nos viene bien es lo que esperamos que sea, y porque a veces, como la medicina, tiene un gusto amargo; además, hay para quien resulta difícil no aceptar un "paquete completo": si algo les parece bien o verdadero, toman todo lo que provenga de la misma fuente, cuando no necesariamente todo es bueno o verdadero; esto sin dejar de estar advertidos de que sí hay premisas que forman un sistema de ideas de manera que no se puede tomar una sola, porque esa sola sin las demás, pierde el sentido... otra cosa es que una idea nos sirva de inspiración para nuestra propia idea, que habrá de encajar en nuestro propio sistema de ideas. 

De lo anterior se desprende que no conviene mamar como la leche materna, lo que piensen-digan-sugieran sacerdotes, gurús, filósofos, analistas, terapeutas, apóstoles o buenos amigos; se vale si en momentos críticos necesitamos ser amamantados, pero sería bueno notar que los momentos críticos terminan. Más o menos por el contrario, en la canción que escribe un hijo de vecino, en los gritos del alcohólico que predica en la plaza, en los autores bestselleros del mundo del new age, en casi cualquier envoltura puede venir lo que nos hace falta saber o asimilar. En cualquiera de los dos casos, conocerse a una misma es lo que permitiría abrir mente y alma para recibir "lo que sí", dejando ir con tranquilidad "lo que no". 

A veces no nos abrimos a "lo que sí", porque tememos no poder filtrar y dejar fuera "lo que no". Cuando era niña, mi abuela no me dejó recibir a los Testigos de Jehová que se ofrecían a darme un curso bíblico; pude darme el gusto de hacerlo cuando, siendo adulta, tuve mi propia casa. Me hace pensar que lo que es para nosotras, es para nosotras así dé algunas vueltas antes de llegar, porque interrumpí el mentado curso cuando cambié de ciudad, y después lo volví a empezar viviendo donde vivo. Nunca lo busqué, ya se sabe que los testigos tocan a la puerta. ¡Bendita paciencia de la señora que iba cada semana a mi casa! Fue una experiencia afortunada; nutrí mis propias creencias. Nunca temí, como tal vez mi abuela temiera, que escuchar pudiera convencerme de algo que no debería creer, es decir, que no es lo que me corresponde. Así me gustaría entregarme a lo que la vida me trata de enseñar. 

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. El problema de los Testigos de Jehová no es lo que enseñan sino su costumbre de inmiscuirse en la vida de sus seguidores y su proselitismo. Por eso algunos lo consideramos una secta. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sobre cómo se inmiscuyen en la vida de sus seguidores, aunque ellos no lo viven como "inmiscuirse" porque le dan a quienes "se inmiscuyen" autoridad para "hacerlo"; esa es una de las primeras y prácticamente inamovibles razones por las que yo no podría ser de esa religión. Su proselitismo nunca me ha resultado molesto; mucha gente me cuenta de cómo les despiertan los domingos temprano con sus toquidos, o cómo insisten e insisten en dejar un mensaje al que ya se le dijo "no, gracias", pero a mí nunca me ha tocado ser molestada de modo alguno por ellos, siempre han sido prudentes, respetuosos y amables conmigo :)
      Un beso, Susana.

      Eliminar
  2. Creo que es practicamente imposible conocerse a uno mismo, ni siquiera sé si es deseable, seguramente hay cosas sobre nosotros mismos que no estamos preparados para aceptar y nuestra mente se encarga de esconder, o maquillar o justificar.
    Además ¿de que nos serviría? solemos dar por bueno que el conocernos facilitará nuestra vida, o la toma de decisiones, como si la vida dependiera únicamente de nosotros, cuando hay un montón más de variables que no podemos controlar. Para conocernos necesitaríamos cien vidas y experimentar todo lo experimentable, porque podemos teorizar sobre nuestra reacción ante determinado estímulo, pero lo cierto es que no tenemos ni idea hasta que no nos vemos enfrentados a él, y aún así, dependiendo del momento tendríamos reacciones diferentes.

    Has dicho algo que me ha gustado mucho y me parece importante: "hay para quien resulta difícil no aceptar un "paquete completo": si algo les parece bien o verdadero, toman todo lo que provenga de la misma fuente, cuando no necesariamente todo es bueno o verdadero"
    Es una tentación hacer ésto, porque podemos conceder a alguien la capacidad de "tener las respuestas", pero es un error y es engañoso, igual que lo contrario, que también sucede, rechazar todo el paquete proviniente de otra fuente, cuando puede decir algo que pueda servirnos.
    Me voy a repetir, como me haces pensar, me pones siempre la cabeza en marcha.
    Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sé que es prácticamente imposible, si no completamente imposible, conocer la parte de nosotras mismas que no estamos preparadas para conocer; estas "regiones vedadas", están vedadas porque es mejor que estén así. Pero es posible y suficiente conocer lo demás -y eso quita algunas vedas, por cierto-. En mi experiencia, vaya que resulta útil; a mí sí me ayuda a decidir, y eso facilita mi vida. Conocerme no significa que podré controlar cómo me voy a portar, ni que podré predecir cómo me voy a portar, ni que eso en sí mismo hará que pase lo que yo quiera. Pero me ayuda a comprender por qué y para qué me porto como me porto, y si quiero cambiar algo en mi comportamiento, sirve empezar por entender causas y motivos. Por ejemplo, yo antes no bebía casi nunca algo con alcohol; ahora sí: de vez en cuando, y poco. Resultó que hubo una racha, aunque no se notara porque era un par de vasos un jueves, y otro par al otro jueves, en que estaba bebiendo para sentirme por un momento descargada de unos pesares. No pasa nada con que lo haya hecho, estoy lejísimos de un problema con el alcohol; pero prefiero saber que era para eso, y saber que entonces toca ocuparme de eso. Si lo hubiera vuelto a hacer, no pasaría nada; pero si lo hubiera vuelto a hacer sin saber que era "para eso", y yo creyera que simplemente me estaba divirtiendo, creo que hay mayor probabilidad de que me enganchara con la bebida. Es un ejemplo simplón, pero es nada más el primer ejemplo que se me ocurrió.
      Yo soy egocéntrica: en mi cosmovisión el mundo entero está puesto para mí, así que no es raro que encuentre mensajes en todas partes; pero en estos días he caído en la cuenta de que, esa intuición que he tenido desde siempre, de que lo que me viene de un lado y de otro, lo tengo que armar yo para construir mi propia verdad, es cierta. A cada cual le toca construir su propia verdad. Como siempre he ido -relativamente- por la libre, no me ha costado nada respecto a mis profesores, respecto a los textos sagrados o cosas así. Pero resulta que había un testigo de mi vida cuya interlocución era como una confirmación: de alguna manera hacía de "autoridad" para mis conclusiones, con su mera presencia. Sin ese testigo con quien compartir "mis verdades", estoy necesitando asumir que mi verdad no necesita confirmación ni permiso.
      Me encanta que te pongas en marcha y te explayes cuando comentas, Inma :)
      ¡Besos!

      Eliminar