domingo, 3 de noviembre de 2013

El amor

El amor se expresa en la voluntad de que sea lo bueno para lo que es amado. Creo que se puede hablar de amor hacia cosas, como el coche o el teléfono (o hacia abstracciones, como el dinero o la libertad), cuando la persona que ama esas cosas, las cuida y las procura, es decir, tiene voluntad de que sea lo bueno para esas cosas, por encima del servicio que brindan, como cuando un hombre conserva el coche de su juventud, al que tiene aprecio, aunque ya no sea funcional y haya comprado un coche nuevo.

Si se ama, se desea y de ser posible se procura lo bueno para el objeto de amor, independientemente de lo que se reciba a cambio. Como no podemos sino sentir y dar amor humano, el amor se nos mezcla con apego, y convive con nuestras faltas y limitaciones; así que por ejemplo, una mamá que ama a su hijo puede elucubrar formas de castigarlo cuando llegue a casa, no para educarlo sino para quedar a mano con lo que ella se ha mortificado esperándole a deshoras. No somos ángeles, así que con suerte vivimos ese amor humano, correspondido o no, y navegamos con las complicaciones que trae la implicación sentimental en un mar -o lago o río o charco- de apego y carencias.

A veces, tal vez también con suerte, vivimos la oportunidad de limarle el apego al amor, para que el deseo no sea un grito de nuestras faltas y limitaciones, sino un sincero deseo de que se dé lo mejor para el ser amado.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Lo último, muy difícil Silvia, muy difícil...

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  2. Es cierto. El amor va siempre acompañado de otros sentimientos que a veces no son tan positivos. Un beso.

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    1. Es que somos humanos. Pero podemos "pulir" nuestra forma de amar, si queremos hacerlo o nos hace falta.
      Un beso, Susana.

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