martes, 3 de septiembre de 2013

Entrañables primeros escarceos

Los adolescentes piensan mucho en sexo, como corresponde al hecho de que la revolución hormonal en sus cuerpos, los llena de sexo -por decirlo de algún modo-. Cuando mis amigas y yo cursábamos la secundaria, no éramos la excepción. Cada cual habrá hecho, por su cuenta, sus cositas; yo recuerdo una escena en la que fui doblando centímetro a centímetro mi falda escolar, para mostrar no sé qué que no tenía sentido, a mi amor platónico de muchos años. Pero también estaba lo que llamo "escarceos colectivos".

Han sido negados por alguna, olvidados por alguna otra, pero yo los recuerdo bien. Empezaron con dejar que los XY nos arrebataran algo y salieran corriendo, tras lo cual había que gestionar la recuperación del objeto en cuestión, a menudo sustrayendo algo de alguna de sus mochilas. Aunque el nivel de contacto era "0", a menudo las manos de un "él" jalaban la bolsita de lápices para un lado, mientras las manos de una "ella" jalaban la misma bolsita de lápices para el lado opuesto, con la cercanía entre los cuerpos que eso requiere, y la excitación  física que eso produce. Para el ciclo escolar siguiente, algunas evolucionamos al nivel de contacto "0.5", dejando que Fulano o Perengano nos molestaran con un apretón en el chamorro al que llamaban "mordida de burro", o estirando la parte de atrás del brassiere para que al soltarlo nos azotara, tras lo cual seguía un acto de indignación y protesta, de ese modo pueril que permite que el Fulano o el Perengano lo vuelva a hacer. Esto último no me salía bien, porque yo no me indignaba ni protestaba -lo que hubiera aumentado las cuitas de mi pobre abuela, de haberse enterado de algo-.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Jajajajajajajaja me río imaginandote!! No era consciente de que eso fueran escarceos tempranos jajajajajajajaja

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    1. ¡Claro, Matt! Son la evolución de jalarle las trenzas a la niña bonita en el jardín de niños :D

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  2. Jajaja, ahí se empiezan a fraguar de una manera torpe los juegos que más adelante serán de seducción, con papeles bien marcados para él y para ella, teniendo en cuenta que dentro de esos juegos ahora se incluye que nosotras también tomamos la iniciativa.
    La excitación - no sexual, sino esos nervios en la boca del estómago - que se siente a esas edades con esos juegos inocentes, es indescriptible, y a todas las abuelas les hubiera dado algo si se enteran.
    Que entrada más tierna, Silvia.
    Besitos

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    1. Bien lo dices: "torpe" es la palabra, y es que justo en esa torpeza tiene lo bonito :) También coincido con la apreciación de la sensación: nervios indescriptibles en la boca del estómago, ¡qué cosquilla cuando se rozan las manos! Mejor que las abuelas no se enteraran ;)
      ¡Muchos besos, Inma!

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