martes, 16 de abril de 2013

Mi ausencia de almohada y mi tía Cachita

Comúnmente, a las niñas les gusta una chica mayor. A mí me gustaba mi tía Cachita. Dicen que me sentaba entre ella y un novio que tuvo. No recuerdo eso; pero sí que a su maleta le cabía todo el mundo que yo podía imaginar, y que su cabello oscuro se movía, como ella se movía, con el desenfado de quien va y viene y hace lo que tiene que hacer.

Mi tía había estudiado fuera, y trabajaba fuera, en una ciudad cercana; venía a la casa los fines de semana, a veces con una amiga. Yo me hacía la dormida o la desentendida, y las oía platicar.

Ella me revelaba el mundo. Me dijo que durmiera sin almohada para que no se me arrugara el cuello... tal vez simplemente pretendió quedarse con mi almohada alguna noche; pero yo le hice caso, como le hubiera hecho caso a cualquier cosa que dijera... y de hecho no tuve marcas en el cuello hasta que empecé a dormir con almohada... quién sabe si de todas formas me hubieran salido con la edad... todavía creo que no; lo tengo en mente porque he vuelto a dormir sin almohada.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Mi seta tiene a mi hermana, es su ídolo, la más guapa, la más moderna, la más enrollada, se lían entre ellas a hablar de sus cosas, hacen sus planes, se montan sus historias y yo sólo soy la bruja gruñona.
    Besos

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    1. ¡Así es con las tías jóvenes! :D Y ni modo, a la mamá le toca ser "la mamá"; de hecho creo que caerle mal de vez en cuando a una hija puberta/adolescente, es señal de estar haciendo bien el trabajo ;)

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