Nada humano dura para siempre. Las relaciones que duran toda la vida, duran por ir transformándose en correspondencia con los cambios en las personas y las circunstancias.
Lo que está vivo, cambia. La vida depende de la capacidad de cambio y de adaptación al cambio.
Silvia Parque
Qué interesante esto que has dicho sobre los cambios. Que tienen que llegar en el momento correcto y que todo se transforma. Un beso.
ResponderEliminarPienso mucho en eso por estos días, Susana. Un beso.
EliminarTotalmente de acuerdo y además pienso que ¡menos mal! porque s i las cosas se quedaran estáticas para siempre, seguiríaos siendo amebas... :P
ResponderEliminarBesazo
Eso sí :)
EliminarHasta en los comentarios me haces sonreír, Dolega :)
Un beso.
Es así como decís, Silvia. Y eso es bueno, porque permite que no nos relajemos y emprendamos o exploremos nuevos rumbos constantemente. Uno nunca sabe lo que le espera y debe aceptar cambiar y adaptarse al cambio. Saludos!, me resultó muy bien hilvanado tu post.
ResponderEliminarGracias, Alan.
EliminarUna nunca sabe lo que le espera, efectivamente; ni cuando hay algo que correspondería esperar, se puede saber lo que va a pasar.
¡Saludos!
De acuerdo también, las relaciones están vivas, y van evolucionando y cambiando con nosotros, a veces las rupturas se dan precisamente por eso, porque las partes evolucionan de formas diferentes y a ritmos distintos.
ResponderEliminarBesos
OUCH! "A veces las rupturas se dan precisamente por eso"... sí que sí. Quiero pensar que también es posible que las personas se re-conozcan y que las relaciones re-comiencen, cuando las partes, y las partes respecto a la relación, han evolucionado "de formas diferentes y a ritmos distintos". Esto claro, tendría tantas probabilidades de funcionar como casi cualquier nueva relación...
Eliminar¡Besos!
Para eso las partes deberían estar dispuestas a descubrirse de nuevo, no suele suceder, porque normalmente esas evoluciones dispares les llevan a desear y tener objetivos diferentes, y cuando se unieron esos objetivos si que eran parecidos.
ResponderEliminarMe lías, me lías...
Así, justamente. Deben estar dispuestas las dos partes... que no suela suceder deja la posibilidad de que eventualmente, suceda... pero si al redescubrirse, descubren que la cosa no va, pues no hay que sufrir por calzarse un zapato que está visto que no entra.
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