sábado, 9 de marzo de 2013

Dije que quería mandarme sola

Le dije a mi mamá, cuando estaba por comenzar la universidad, que quería dejar de pedirle permiso, aunque ella siguiera sosteniéndome económicamente. Íbamos en coche a algún lado; no recuerdo si ella conducía o iba en el asiento del copiloto, y no recuerdo quién era la otra persona. Yo iba en el asiento de atrás.

Preguntó en qué sentido "dejar de pedir permiso". Dije que quería mandarme sola; creo que lo que se me ocurrió fue: "si voy a salir, por ejemplo". En realidad, paulatinamente, ya había ido dejando de pedir permiso para las cosas ordinarias como "salir"; pero ambas entendimos que este hacer explícito el "ya no pedir permiso", significaba algo más grande.

Dijo que estaba bien.

Años atrás habíamos tenido otro de esos momentos. Ella solía decir: "yo te digo lo que está bien y lo que está mal, y tú eliges", con variantes según la profundidad de la conversación. Yo formaba el juicio y me quedaba con una impresión de libertad que creo que no tenían todas las niñas. Funcionó durante años, hasta que llegó la pubertad, empecé a elegir "lo que está mal", y ella se vio en aprietos.

Dejó de usar la frase. En esas cosas, siempre fue congruente.

Silvia Parque 

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