Las mismas veces que he escuchado a mis alumnos, medio jugando, medio en serio, tratar de someter un asunto a votación en el salón, los he visto medio decepcionados de lo directamente que anuncio que se hará lo que yo he decidido. No tendría oportunidad de dar clase en nivel superior, si no escuchara y tomara en cuenta lo que dicen mis alumnos; además, no querría perderme sus ideas: pero mi encomienda consiste en tomar algunas decisiones estratégicas, y no claudicaría en ello.
¿Cuál creerán que es su trabajo, los papás que dejan que sus niños decidan cómo conviene que se les críe?
Silvia Parque
Yo siempre digo que mi casa no es una democracia. Y mi blog tampoco. Un beso.
ResponderEliminar¡Un beso!
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