"Fulanita" es una tía -del hombrecito, y también mía- más buena que el pan, pero conocida por regañona. La aguda observación de mi querido niño, me forzó a mirar mi actitud, y creo que conseguí cambiarla. Hasta que me casé.
Creo que pocas cosas son tan fastidiosas como una esposa regañona, que hace de madre no requerida, de supervisor de obra, y de guía moral. Yo tiendo a portarme así, y me espanto. Pero bueno, el primer paso para cambiar es darse cuenta.
Silvia Parque
La verdad es que las mujeres tendemos a hacer el papel de madre con toda la familia. Yo también he notado que los baños están mucho más limpios.
ResponderEliminarSeguro que el gimnasio no te hace mucha falta. Un beso.
Sí, tendemos a hacer de madres, pero me niego, ¡ya seré madre de mis hijos! Además a "mi hombre" no le gusta nadita, desde que empezamos algo serio me dijo que él con su madre había tenido bastante.
EliminarLo de los baños de verdad que últimamente es un gusto, con aparatos mágicos (con sensores), superficies de mármol, de granito...
Del gimnasio, pues... un poquito me curo en salud, y un poquito que mis pantalones empiezan a quejarse cuando los obligo a cerrar ;)
¡Un beso, Susana!
No sé si va en los genes o se adquiere por imitación o educación, pero es muy habitual, yo siempre he hecho de madre con mis hombres, y lo odio, intento evitarlo, pero sigo cayendo, no sabes la rabia que me da, hasta me he planteado cuanto puede haber influido en el fracaso de esas relaciones, es un tema para reflexionar largo y tendido Sylvia.
ResponderEliminarSaludos
Sí que es para reflexionar largo y tendido, Inmagina... a mí no me gustaría nada tener a mi madre enseguida diciéndome qué hacer, cómo y cuándo, vigilando mis hábitos alimenticios, de sueño, etc. ¡Y me pongo a hacerlo yo, con tamaño adulto! Puede ser asfixiante.
Eliminar¡Saludos!