Ayer dormí unas cinco horas, pero la noche anterior tal vez fueron siete; parece que no acaban de equilibrar el efecto de la mala noche ante-anterior que prácticamente pase en vela. Nuncá más.
En los muy viejos tiempos, los excesos me hacían poco; pero una mañana, manejando bajo los efectos del sueño, choqué contra un camión. Eso puso las cosas en perspectiva. Con los años, fui resistiendo cada vez menos; hace rato no intento "aguantar": a nada le dejo robar mi descanso... pero a veces pasan cosas, llega la madrugada, y al rato hay que despertar. Luego vuelvo al buen camino del Profesor Urenda: "si tengo hambre, como; si tengo sueño, duermo".
Silvia Parque
No hay comentarios:
Publicar un comentario