lunes, 26 de septiembre de 2011

Cambiando el tema del año

La vida de cada cual se trata de algo, como las películas. En una película de acción donde los protagonistas tratan de salvar al mundo, no es un problema la gasolina, menos podría ser un problema el romance entre el malo y la novia del bueno: el romance agrega tensión o divertimento, pero no es un problema central: no se trata de eso. Lo que importa, lo que se dificulta, depende del tema, y el tema puede cambiar.

Una vez hice un experimento. En un grupo como de siete estudíantes, ganaría el que consiguiera primero tres objetivos: que una persona fuera al salón a cantar, mostrar $500, y responder correctamente una pregunta general sobre nuestra disciplina. Cada cual pensó que era difícil algo distinto: conseguir esa cantidad de dinero, que alguien quisiera cantar frente a nosotros, saber la respuesta, o hacerlo antes que los demás. También hubo una persona que no se "asustó" con ninguno de los requerimientos; me gustaría decir que esa persona ganó, pero no me acuerdo. El caso es que fue interesante ver cómo lo que era un problema para alguien, no lo era para otra persona, cómo independientemente de la "repartición de recursos" con la que se presentara cada participante (recursos de conocimiento, económicos, de talento social), había estrategias que podían implementarse y habilidades que se podían desarrollar. Por ejemplo, solamente dos estudiantes tenían 500 pesos en la cartera; de quienes no lo tenían, dos pensaron en que habría dinero en administración, pero una de estas dos personas pensó que no le prestarían tal cantidad (a la que fue a pedir, le prestaron). Creo que así es en la vida.

Silvia Parque

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