jueves, 15 de mayo de 2025

Día de la madre 2025

Con B nacida, he tenido diez días de la madre.

En el primero, ella no tenía ni un mes acá afuera, así que estaba yo en el mundo aparte que configuraron las hormonas y los neurotransmisores…

En el segundo, recibí un mensaje muy importante: Seguiría siendo consentida, como siempre que me pongo en manos de Dios.

Ese segundo día de la madre, estuve cerca de estar sola, muy cerca de un caos que acechaba. Entendía que mi niña era una bebé y que su papá y yo no estábamos bien, así que no esperaba nada material... Entonces, un niño y una niña me dieron no un regalo genérico, que también me habría hecho feliz y habría agradecido, sino precisamente lo que había estado deseando, acompañado de una cartulina con un mensaje que me llenó de amor la pared. Ahora, esa niña y ese niño son un par de jóvenes; siempre bendigo sus caminos.  

Me gusta acordarme de ese año…

Esta vez, a pesar de que el papá de B cayó en la cuenta hasta la noche del día 9, de que por la mañana sería 10, se las ingenió para obsequiarme dos libros con los que no había pierde: iban a gustarme. Temprano, intentó convencer a B de darme el regalo, pero ella se resistía; dejé que lo desenvolviera y, como supuse, me lo dio cuando vio que no era de su interés. Luego, el señor papá intentó que ella me felicitara, mientras yo le decía que la dejara en paz; por ella, pero también porque lo que yo quería era, justamente, paz. Regresé a la cama y, aunque la niña se quejaba y medio lloriqueaba, su papá se hacía cargo, de modo que pensé que así sería el día y me pareció bien. Yo descansaría hasta la tarde, cuando me pondría a trabajar para desahogar pendientes.

Entonces, empezó el caos. De paz: nada.

Para contextualizar: El papá es el principal cuidador de la criatura y se quebró el pie hace semanas, lo que movió toda la dinámica familiar. Poco a poco, el malestar de B frente al cambio creció hasta desbordar el fin de semana anterior al pasado y, otra vez, el pasado, es decir, el del día de la madre. Hubo muchos gritos y llanto y, con ellos, la culpa por estar deseando no escuchar, no presenciar, la culpa peor de no ser capaz de acompañar y contener adecuadamente y la súper culpa de cuando me rindo por un rato. Entre más necesidad y demanda de atención, más abrumada yo. Hubo que resolver una complicación con la electricidad de la casa, pero eso fue lo de menos… Así las cosas, el hombre se lastimó el pie quebrado y pasó de movilidad limitada a no poder ponerse de pie, dejándome la tarea de navegar sola el resto de la tarde. Ahora que estoy tranquila, agradezco que no hubo espejos rotos, ni derrame de líquidos peligrosos, ni guerra, como llegó a haber en otro tiempo; la verdad es que hemos ido mejorando la manera de vivir estas situaciones; pero ese día fue extenuante y lo viví como nefasto, supongo que por mi expectativa de tener un día de descanso. 

Finalmente, el lunes por la mañana leí un mensaje que me llegó la noche del domingo: que había un regalito para mí. El martes lo tuve en mis manos y fue como aquella vez, aquel año, un mensaje poderoso: Mis necesidades son tenidas en cuenta. Mi obsequio fue pensado, considerándolas, considerando especificidades. Y ese tener en cuenta mis necesidades fue alegre como luz. Me recordó que, aunque no toque la paz que yo preferiría, Dios sigue teniéndome consentida.

 Silvia Parque

lunes, 14 de abril de 2025

¡He vuelto! Y con un libro

 No tenía idea de que volver al blog se sentiría tanto... Recuerdo haber escrito muchas veces, de diferentes maneras, que este espacio era una "mi casa" y ahora revivo esa sensación y me sobrecoge. 

En la lista de lectura, encuentro a pocos blogs. Me gustaría que estuvieran todos los que recuerdo, pero me alegra que sigan los que siguen... No sé, la verdad, cuánta gente siga leyendo por estos rumbos, pero yo quería venir a presentarles a mi criatura de palabras... El último año fue turbulento, pero llegué al 2025 "lista" para lo que seguía y lo que seguía era terminar mi libro.

Me llevó como quince años escribirlo, no porque sea la mega novela ni nada -es un relato-, sino porque me requirió un proceso psicológico complicado ser capaz de articular las ideas. Fue duro, se armó en terapia y con el apoyo de amigas entrañables. Estoy satisfecha por haberlo conseguido. Creo que es lo más importante que he hecho en mi vida -como "obra", como "cosa"- y me complace que no es, ni de lejos, perfecto. La edición tiene algunos errores -que no afectan la lectura-. Esta es la manera en la que algunas personas podemos conseguir hacer cosas muy cargadas de afectos. Me gusta 

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domingo, 29 de enero de 2023

Rutinas emocionantes

Vi un meme a propósito de necesitar una rutina y aburrirse de la rutina. 

Mi trabajo es perfecto para mi necesidad de rutina.

Yo amo la bendita rutina que me permite hacer lo planeado y poder sujetarme a las listas que me dan bienestar. Sin embargo, mi horario de cada día es diferente, doy diferentes materias a diferentes grupos. Y dar clases implica un "performance", le decía a mis estudiantes de Didáctica: eso no puede aburrir. Sin contar los proyectos "extra", como el café literario o las actividades de la Unidad de género. Son rutinas emocionantes.

 Silvia Parque