domingo, 7 de julio de 2019

Una extraña entrometida

Algo de lo que hace que ame el blog y ahora el canal de Youtube [¡ACÁ!] es que puedo expresar y comunicar lo que quiera: sin meterme con una persona en particular. Como esa entrada de hace mucho tiempo en la que contaba que me parece muy mal que las personas no quiten la decoración navideña del exterior de sus casas. Lo que quiero decir es que vengo y lo escribo aquí: no se lo digo al vecino que conserva la serie de luces en julio: porque muy su casa, su vida y no tengo porqué importunarle.

Las opiniones críticas no solicitadas son una invasión. Y las peores son las que se refieren al aspecto de las personas. Anduvo rondando por mi muro una publicación de Facebook que advertía que las personas tienen espejos en casa: no necesitamos decirles que están gordas, ojerosas o llenas de granitos. Las personas de tres años lo hacen, pero se supone que les eduquemos para que no lo hagan a los veinte, treinta, cuarenta, etc. Ni siquiera los comentarios halagadores no pedidos se valen de todos los modos, en todas la circunstancias. Los críticos, nunca.

"Si no tienes nada bueno que decir, no digas nada".

Realmente pienso eso. Y, sin embargo, ayer metí la pata.

Estaba en el tianguis. Fui a vender cosas y a repartir catálogos. Me gusta saludar a las personas, sonreírles, intercambiar frases. De hecho, conocí a un señor mayor con el que tuve una conversación excepcional, pero eso es otra historia... El caso es que vi pasar a una señora que parecía amistosa y le dije "creo que le hace falta usar bloqueador". Ella sonrío como apenada... "y sí me puse". Yo pensé que era una sonrisa tímida y seguí: "es que está toda roja".

Quería hablarle de nuestros bloqueadores. La interacción continuó y entendí que ella estaba apenada de verdad. "Así se me pone la piel por mi enfermedad", dijo, como si tuviera que dar explicaciones a una extraña entrometida.

Traté de enmendar la situación. ¿Por qué lo que sale de mi boca tendría que hacer sentir a alguien apenada, ni medio segundo? ¿Cómo por qué había de decir NADA sobre como esté la piel de alguien?

No vuelve a pasar.

Silvia Parque

11 comentarios:

  1. Estamos hartos de escuchar frases al respecto y siempre terminamos por hablar de más en alguna ocasión. Casi nunca es de menos, aunque a veces tembién suceda. A todos nos pasa. El problema es cuando no es accidental. Hay personas que con la excusa de que son muy sinceras se creen con derecho a ser impertinentes.

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    1. Ay, sí, creo que viene mucho con la cultura -por acá-, pensar que si no tenemos mala intención podemos ir por ahí opinando sobre los demás: y no. Tal como dices: casi siempre acabamos hablano de más y no de menos :/
      Ya los que además creen que su impertinencia y grosería es "sinceridad" necesitan devolverse al jardín de niños.

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  2. Bien planteado.
    Ne parece que no fue para criticar, lo hiciste con buena intención.
    Pero se pueden cometer errores.
    Un abrazo.

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    1. No quería criticar, pero mi intención era vender y no me fijé en la persona. Lo primero antes de hablar con alguien es fijarte en la persona. Un error grande.
      ¡Abrazo!

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  3. Pues oye, que dejemos la decoración que queramos, de Navidad o de carnaval, o de lo que sea. Me parece fenomenal y que haya quien critique por criticar me parece de necios, la verdad

    Un abrazo

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  4. Creí haberte comentado. Opinar es una cosas, inmiscuirse es otra cosa, así que mejor no decir nada. El vídeo está muy bueno.

    Un abrazo y feliz martes

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    1. A mí opinar me parece muy bien en el contexto apropiado. Creo que "la opinión propia" está algo sobrevalorada.
      ¡Gracias por ver el video! :)
      ¡Feliz martes, Albada! Aunque ya quedarán solo unos minutos de martes para ti :)

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  5. Hace una porrada de tiempo que no veíamos a mi amiga S. Un día me encontré con mi amigo J. y mientras conversábamos llegó S. Gran alegrón, gra.
    De pronto mi amigo J. le pregunta "y tu esposo ¿cómo esta?". Silencio de cementerio. El no sabía que ella estaba separada hacía un par de años.
    Otra:
    Me encuentro con Luz y con todo cariño la saludo ¿cómo está?
    Me mira fulminante "y, ¿cómo quiere que esté con todos los problemas que tengo?".
    Saberlo, Dios.
    Moraleja: Nunca preguntar.

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    1. ¡Ouch! Pero preguntar a una persona que se conoce "cómo está" se me hace normal y amable. Otra cosa es preguntar cómo van procesos o cosas específicos que la persona en cuestión no está mencionando... Justo creo que lo correcto es preguntar generalidades como esa y ahí se va tanteando si queremos conversar de verdad o no...
      Lo del esposo también se me hace normal si hay amistad. Se pregunta por la familia, usualmente. Pero me consta que es de las preguntas difíciles en esa circunstancia...
      La verdad es que

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