sábado, 20 de octubre de 2018

¿Qué hay peor que niños sufriendo?

Yo quería escribir, por ejemplo, acerca de mi amor por la crema de avellana. Pero ayer fue Día internacional contra el cáncer de mama y me pareció que sería bueno compartir que me hice una mastografía hace poco y bla, bla... Entonces puse atención a algo que había estado viendo sin fijarme todo el día.


Por favor, lean la nota. Lo menos que podemos hacer quienes hemos amanecido"en casa" es pasar por la molestia de enterarnos...

La migración forzada es un fenómeno que no se acaba de entender. Y vale que no todo el mundo tiene estudios en Humanidades como para "acabar de entender"; pero es que basta con entender poquito; con eso alcanza para portarnos con decencia y para sentir empatía.

Me gustaría decir que lo peor que vi fueron las imágenes de niños sufriendo porque una se preguntaría qué hay peor. Pero lo peor que vi fueron un montón de comentarios que literalmente me revolvieron el estómago. ¡Cuánto daño nos ha hecho el mito del hombre que se hace a sí mismo! Y ojo que los peores comentarios no son de quienes consideran que está bien que gaseen a las personas, de quienes aseguran que nos vamos a rodear de delincuentes o de quienes se preocupan porque se van a quedar con nuestros trabajos. Los peores comentarios son de quienes de verdad creen que México les abre la puerta y solo les pide que lo hagan ordenadamente, con sus documentos en regla. No entienden ni entienden que no entienden.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Es muy triste migrar por necesidad o por engaño.
    En Chile llegaron miles de haitianos creyendo que tendrían casa y trabajo. Cuando estuvieron aquí se dieron cuenta que no era así y han sufrido, algunos hasta piensan en regresar a su país pero no tienen dinero. Así que aceptan condiciones muy desmejoradas de trabajo, incluso con menores ingresos que los nacionales. No entiendo mucho lo de irse de sus lugares porque es una aventura que en muchos casos no resulta grata, más si hay niños. Acá los migrantes llegaron solos y luego traen a sus familias, pero la lejanía de la familia también es triste.
    Creo que no hay nada más triste que un niño sufra, de cualquier clase, condición o lugar. Los adultos somos responsables y como cristianos aún más. Dios nos ayude a tener empatía y a hacer lo que se pueda ayudar, claro que hacerlo.

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    1. A mí se me da fácil entender sus razones. No pretenden que la aventura sea grata, no suponen que lo será, vamos: no están queriendo aventura. Es necesidad: hambre, violencia, imposibilidad de sacar adelante a los hijos. Es sopesar que esa, así de mala como es, es su mejor o "menos peor" posibilidad. Exponen a los niños al peligro porque esa exposición es menos peor que quedarse donde estaban. La verdad es que no entiendo cómo eso no hace remorder conciencias. Yo creo que como cristianos somo brazos y manos de Dios en la Tierra y estamos quedando mal.

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  2. La gente migra. Por guerras, o por pocas oportunidades, o por fenómenos naturales...siempre es un paso en el vacío. He visto hace un momento las imágenes por la tele de esas vallas, de esas personas, esos niños, intentando entrar en México para intentar seguir a USA, y en España llegan con la intención de seguir hacia el norte.

    Tiempos extraños en los que se invierte en hallar agua en Marte y no se invierte en que la gente pueda beber o comer en sus países. Esta sociedad está de verdad enferma. No he leído los comentarios pero aquí con llegadas masivas de pateras, sí he leído comentarios de verdad horribles. Y la xenofobia gana votos en Europa día a día. Triste, mucho, todo esto. Un abrazo

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    1. Bien triste, de verdad. Las personas no consideran la información basada en datos porque el miedo, el egocentrismo y los prejuicios se imponen; pero yo creo que aunque no se tenga información, puede y debe haber empatía. Somos una vergüenza como sociedad porque esto nos ocupa ahora, pero con los días dejará de ser noticia y en realidad los centroamericanos migrantes tienen años de pasarla bien mal en México.
      Un abrazo, Albada.

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