viernes, 13 de octubre de 2017

¿Por qué seguir viviendo?

Pasan muchas cosas horribles a mi alrededor, cercano y lejano. Matan a la gente, les quitan las posibilidades; ya se sabe. Las noticias son como para enfermar. En relación con esto, hace unos meses concluí algo que tal vez es una verdad de perogrullo, pero fue importante para mí.

Me parecía terrible seguir viviendo, estar bien, ser feliz, frente a tanta miseria, imposibilidad y crimen. Nunca me planteé no seguir viviendo; pero me parecía impresionantemente injusto andar por ahí tan fresca cuando a unos kilómetros la vida se le había venido abajo a una familia, otros tantos sufrían y demás. Incluso cuando alguna persona moría por causas naturales en condiciones digamos aceptables, me parecía más que triste volver a la vida normal, con lo que tiene de risa y gusto. Sigue pareciéndome que lo terrible de la muerte es eso: que el mundo sigue girando. Lo había leído por ahí: lo malo no es morir sino que los demás sigan vivos.

Así que, como digo, me parecía injusto que después de indignarme y lamentar la desaparición forzada o la muerte de alguien, yo pudiera estar tan campante. Concluí que sí, es injusto, pero estaba viéndolo del lado equivocado: lo injusto es que ellos no puedan estar tan campantes. Independientemente de cómo me corresponda contribuir a que este sea un mundo más habitable, encontré que estar bien tiene sentido porque es justo eso lo que querría para esas personas, para lo que se desea que vuelvan a casa, que vivan. Ahí encontré el sentido.

Es como descubrir el agua tibia, pero para mí fue una revelación que cambió el modo en que proceso lo que pasa.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Tu hija te necesita en plenas facultades y no podrías tenerlas si te afectaran de forma importante todas las desgracias que te rodean. Una cosa es ser sensible y solidaria y otra que te perturben de una forma decisiva.

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