miércoles, 25 de marzo de 2015

Un poquito de peligro

Ayer, en la tienda, tiré dos latas de leche evaporada; como una se abrió, la compré.

Esta mañana recordé lo importante que es sacar de inmediato el alimento de una lata abollada o abierta. Vacié la leche en un recipiente y me consolé pensando que de todas formas, la lata ya tenía tiempo lastimada; la pila de la que cayó es de latas -en oferta- con algún golpe evidente. O la tiraba a la basura o la usaba con confianza. Y no la iba a tirar. Así que bebo café con leche evaporada y usaré el resto para hacer pasta, a mediodía.

Si nos ponemos cuidadosos, muchas de nuestras prácticas deberían cambiar y muchas se harían imposibles. Yo me quedo con lo básico: lavar las manos, desinfectar el agua... Pienso que "poco veneno no mata" y que, como descubrió mi amiga oncóloga, si te pones a averiguar, todo es cancerígeno.

Tengo en cuenta los perjuicios relacionados con la Coca Cola, la sopa Maruchan y la larga lista de productos con jarabe de maíz de alta fructuosa o niveles increíbles de sodio; pero creo dos cosas: que el problema es el exceso y que estoy protegida. Tal vez nada más la primera creencia es objetiva y racional; pero lo segundo no es una tontería. Tuve un maestro de clínica que nos decía que lo que iba a matar a los fumadores no era fumar, sino la culpa con la que fumaban desde que empezaron las campañas contra el cigarro.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Hola. unos consejos muy prácticos... seguimos en contacto

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    1. Bueno... yo voy por la libre en todo lo que me siento segura. Quien tema enfermar, debería protegerse, porque un bichito es cualquier cosa, pero el miedo es poderoso.
      ¡Saludos, Marta!

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  2. Jajaja, me ha encantado lo último!!! Me interesa que me encante, claro, pero además estoy de acuerdo.
    Justo el otro día lo comentaba, estamos viendo una serie Mad Men, ambientada en principios de los 60 y en cada capítulo yo creo que se ve fumar unos 30 cigarros, y comentaba yo algo parecido, lo feliz que se vivía en la ignorancia y sin culpa (respecto al tabaco) y como ahora el mismo producto perjudica hasta límites, creo yo, sacados un poco de quicio. No niego su perjuicio, pero creo que nos estamos pasando, y sí, la culpa y el miedo nos matará antes con su estrés.
    Recuerdo que embarazada la comadrona me dijo algo que pensé era muy acertado, si era fumadora que procurara fumar lo menos posible, pero no me obsesionara con dejar de fumar porque para el feto iba a ser más perjudicial esa ansiedad que el propio tabaco.
    Besitos

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    1. Las estadísticas sirven para cualquier cosa que se quiera hacer con ellas, y son muy buenas para asustar. Está claro que el humo del cigarrillo no es saludable; además, no es lo mismo forjar un cigarro con buen tabaco, que fumar quién sabe qué cosa que se vende. Pero el alarmismo saca los datos de contexto, y hace que se desquicie la dimensión de los hechos. Con el embarazo es muy fácil que se agiganten las "alarmas", porque la mayoría, al menos de las primerizas, tenemos el miedo muy a la mano, y en culturas como la de acá, la culpa está más a la mano todavía.
      Me has recordado una película de una mujer con un trastorno psiquiátrico, que decide dejar su medicamento por el bien del feto; efectivamente, el medicamento representaba un peligro para el producto; pero la mujer se pone muy alterada (mucho-muy-mucho), y yo me preguntaba qué sería mejor para la criatura :S
      ¡Besitos, Inma!

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