jueves, 31 de julio de 2014

Resistencia

Tres tijeras estaban junto a mí; yo estaba ocupada en otra cosa, y una parte de mi mente las quiso quitar de la esquina de la mesa, supongo que para ponerlas en su lugar, pero no recibí tal indicación, así que las tomé, metiendo mis dedos por sus orificios para dedos. Cuando observé mi mano, vi que era bonito, que dos estaban bien tomadas, como listas para trabajar, y la tercera había entrado en el conjunto nada más con uno de sus agujeros. Se sentía bien. Coloqué correctamente la tercera tijera; las abrí y las cerré, pero no por completo, sino hasta donde los instrumentos opusieron resistencia. Es muy placentero. 

Silvia Parque

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