lunes, 21 de julio de 2014

Música

La música me hace bien. Las canciones me motivan y muchos ritmos me alegran. Nada raro: la música organiza convivios de neurotransmisores pro-bienestar.

A veces tenemos tan a la mano lo que nos beneficia, que lo pasamos por alto y nos privamos de ello.

Es verdad que mantener siempre música de fondo puede acabar siendo estresante. El silencio hace falta. Pero no puede ser tan difícil mantener equilibrio en esto... aunque habemos personas a las que se nos dificulta cualquier clase de equilibrio.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. El silencio hace falta, al menos a mí mucha falta. Me encanta la música, pero todas las tardes llega el coriano y es entrar por la puerta y poner la música a todo volumen hasta la hora de cenar. Me estreso, no digo nada, me sabe mal, pero me descompone. Yo necesito mucho silencio, incluso me sobran en muchos momentos las conversaciones y las palabras. Silencio, por favor...

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    1. A mí también me hace falta, pero en tu caso hay que agregar que no es lo mismo la música que una pone, a la que ponen otros, incluso cuando te gusta lo que ponen.
      ¡Besos, Inma!

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    2. Hummmm...posiblemente...no se me había ocurrido, pero puede ser, sí

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    3. A mí me quedó claro cuando trabajaba en la universidad y nos ponían música ambiental. En general, era música no apropiada para trabajar. Pero a veces sí elegían música según yo apropiada; sin embargo, yo no la quería porque yo no la había elegido...

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