jueves, 17 de abril de 2014

Con unos y con otros

No se puede estar bien con Dios y con el Diablo.
Quien a dos amos sirve, con uno queda mal.
No se puede repicar, y andar en la procesión.

Las personas no somos una unidad -valga la redundancia- íntegra, sin contradicciones; de la falla originaria que nos constituye como  humanos -falla en el sentido geológico: quiebre, rotura- deriva no solamente la falibilidad que hace inevitable el desacierto, sino también la incoherencia, la contradicción, que por una parte enriquece nuestra complejidad, y por otra parte nos boicotea: queremos algo y queremos algo incompatible al mismo tiempo; amamos y guardamos rencor; deseamos una posibilidad desde la más honesta necesidad y andamos pobres de fe.

Creo que quien logra una integridad completa, tiene ya poco que hacer en este mundo material. También creo que hay personas sin mayor complicación, que no necesitan ocuparse de su integridad. Pero quien ha pasado por una experiencia fuerte, de abandono o de enfrentamiento, si se ha sentido "partido en dos", "con el corazón roto", "deshecho", probablemente ha quedado desintegrado, y si va por la vida sin reconstituirse, probablemente se pierda. Encontrará consuelo en unas voces, apoyo en otras, explicación en otras, y probablemente cada una de estas voces le hará replantearse su posición. Este replanteo es la base de cambios de rumbo, de crecimientos importantes; pero puede ser el origen del caos si nunca llega el momento de una definición, y se toman elementos de un lado y de otro, no para procesarlos y crear con ellos una postura propia, sino evitando asumirla.

La definición identitaria, el asumir un compromiso con una misma respecto a una cosmovisión y un modo de vida, no tiene que ser algo incólume. De hecho, no puede serlo -la falla está siempre-; la pretensión de que lo sea, genera rigidez, y lo que se requiere para poder estar bien parado en el mundo, es firmeza, no rigidez... Terminando este párrafo, creo que he dejado algo "sueltos" los dichos con los que encabezo esta entrada. La idea en concreto es que no podemos vivir conforme dice el consejero del programa de la mañana, y conforme dice el libro de desarrollo espiritual que nos prestó el amigo, y del modo en que estaría bien para nuestra familia, y según los preceptos de tal religión en el modo en que los aprendimos y esto y aquello, lo de más alla... al menos, no podemos vivir así, y vivir conforme a nosotras mismas.

Silvia Parque

5 comentarios:

  1. Cuendo he leído la cabecera y antes de desarrollar tu planteamiento, lo primero que he pensado es - ufffff, ya estamos con las frases taxativas del blanco o negro - que tonta, evidentemente no podías tú defenderlas.
    A veces y creyendo que realmente una tiene que "ser" algo concreto me siento como inacabada, sin formar, porque da igual en la característica que piense, nunca "es" del todo.
    Me explico porque no se entiende nada, pienso por ejemplo - me puede definir la sinceridad - y enseguida pienso - bueno...relativamente, a veces, según como no soy nada sincera - o la impaciencia, o las ideas políticas, o ser dulce y amable o...miles de cosas, nunca soy nada al 100%, puedo ser una cosa y la contraria, así que me agoto en mi proceso de tratar de conocerme a mi misma.
    Besos

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    1. Estamos inacabados, gracias a Dios, si no, ¿ya para qué la vida? :D Casi da miedo pensar en alguien que sea ciento por ciento algo. Creo que serían personas sin matices, y por tanto, imposibilitadas para un "comportamiento adaptativo"... otra cosa es reconocer esta "no-totalidad". Parece que algunas personas les resulta muy difícil pensarse así: inacabadas, no-cien-por-ciento.
      Eso del autoconocimiento es cansado, pero creo que si se toma con calma, también como algo que siempre va a estar inacabado, cansa sin abrumar :)
      ¡Muchos besos, Inma!

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    2. Fe de erratas: Donde dice "Parece que algunas", debe decir "Parece que a algunas"

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  2. Ya sabes que yo soy una de esas personas. creo que hay que aspirar a la perfección, aunque luego te quedes en el camino. Pero no se debe renunciar nunca a los ideales. Un beso.

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    1. Yo subrayo lo bueno que es tener la conciencia de que quien aspira a la perfección se queda siempre en el camino.
      ¡Un beso, Susana!

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