La tristeza grande adquiere la propiedad de traspasar cuerpos, es decir: de salir del cuerpo del otro y meterse al de una.
Usualmente la tristeza de una de dos personas que se aman encuentra la puerta abierta en la otra persona -o cerrada pero sin cerrojo-.
Silvia Parque
Qué razón tienes. Ése es mi problema, que la tristeza de otros me traspasa. Un beso.
ResponderEliminarNo creo que sea inevitable, pero creo que a la mayoría nos pasa; sin embargo, una vez que sentimos esa tristeza ajena, cabe reconocerla y despedirla con calma, no se irá de inmediato pero puede disiparse...
EliminarUn beso, Susana.