miércoles, 8 de mayo de 2013

Día de trámites

Amaneció sin que me hubiera informado sobre qué exactamente tocaba hacer, con quién y dónde; pero enciendo la lap, pongo manos al teclado y, como siempre, resulta más sencillo de lo que suponía. Es que le huyo al tema porque tiene múltiple implicaciones. Ya hace cuatro años terminé la Maestría, y se supone que el título se obtiene unos meses después. Así le huí a terminar la tesis... cuando la retomé: la terminé: rápido, casi sin dolor; el problema fue que me senté muchas veces a hacerla, antes de sentarme y hacerla.

Embolso todos los papeles que tengo, por si alguno se ofrece, y llevo dinero, también por si acaso. El camino es camino de pensar; bajo del autobús en la misma parada donde bajé y subí muchas veces cuando cursaba la Maestría, y me acuerdo... tengo "échame a mí la culpa" en la cabeza. Imprimo formatos y un diagrama de flujo del trámite, que habría convenido revisar antes de salir de la casa.

Voy a las oficinas correspondientes. Todas -todas son mujeres- son amables. Mis formatos y mi diagrama de flujo no están actualizados. La lista de documentos para el expediente no es terrorífica. Siguen las ventanillas del dinero. Puedo saltarme un papel que sería complicado conseguir. La cantidad no es catastrófica. Dios proveerá. [Pienso en opciones para que mi  mamá no sea la representante de Dios que provea eso.] Gestiono un descuento. ¿Mi carta debería sonar "realmente necesitada"? Me decido por la verdad objetiva: gano tanto, el pago es de tanto y me faltan más pagos. Reconozco al hombre sonriente: lo acabo de ver en una foto. "¿Usted es el Director? Qué suerte encontrarlo, vengo a traerle una carta". La secretaria le explica. Yo le explico. Él comenta, lee, pregunta por mi promedio. "Podemos apoyarte con..." No puedo estar más contenta.

Voy al centro de cómputo y corrijo dos cosas en la lista de referencias de la tesis; calculo si conviene ir a imprimirla o primero pasar con mi Directora de tesis. Mi Directora escucha la síntesis de mis complicaciones amorosas, me da sus saberes, me da su firma, me dice dónde/cuándo encontrar a una de las sinodales; voy a buscar a otra...

Después de la comida, toca otro campus para recoger el certificado de comprensión de textos; pretendía estudiar mis líneas -de la obra de teatro- en el camino, pero estoy procesando sentimientos, y en menos de lo que me doy cuenta, llego. Me falta un papel. Me indican dónde puedo imprimir. Lo saco del correo. Listo. Sería bueno tomar un curso de inglés... Pienso en si el sol se siente más donde está más despoblado, por alguna otra razón que por la falta de sombra... Una jovencita me indica cómo llegar a la parada de autobús: hay que pasar por un puente enorme. Lo intento. Entre el riesgo real de la carretera y la impresión de riesgo que me da el puente, prefiero el riesgo real.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Wau qué entrada más larga:)

    Enhorabuena!! (por tu entrada también, pero sobre todo por tu tesis)
    Besos

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    1. ¡Gracias! Mi tesis es como una hija bastante imperfecta, pero a la que se le quiere porque es hija de una ;)
      Seguro que me inspiraste con tu descripción de un día, noto la influencia.
      ¡Besos!

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