El padre las sacó del acuario mientras lo lavaba. Llegué y ellos estaban en eso. Fui severamente advertida sobre cuidar dónde estaba pisando. Las pequeñas andaban por ahí, como andan siempre cuando las dejamos andar solas. Los humanos hablamos. Me puse la pijama. Estuvimos de pie, sentados, etc. El padre anunció que se iba y miré el acuario limpio, con el agua limpia. No me preocupó... siempre las encuentro. Él iba ya tarde a donde iba, así que le aseguré que yo me encargaba. Al rato, vi a Turquesa; quieta; con la cabeza dentro. La llevé a su casa. Busqué a su hermana. Me ocupé de otra cosa, y un rato después volví a buscar.
Y luego otra vez. Y otra vez.
Espero oír algo al rato.
Silvia Parque
Espero que la encontraras. Yo tenía una tortuga que saltaba fuera del acuario y me daba unos sustos tremendos. Un beso.
ResponderEliminar¿Una tortuga saltarina? Bien que sé que son capaces de todo. Mi pequeña aventurera pasó la noche fuera del acuario. No la pude encontrar tampoco esta mañana. Por suerte, por la tarde, cuando regresé del trabajo, el hombre de la casa ya la había encontrado :)
EliminarUn beso, Susana.
Me recuerda el cuento de la tortuga y la liebre :)
ResponderEliminarSaludos!
Son muy listas, mis tortuguitas :)
Eliminar¡Saludos, Taty!
La encontraste?? a mí se me ha muerto una de mis lagartijas :(
ResponderEliminarLa pequeña aventurera fue encontrada, finalmente. ¡Pero qué pena lo de tu lagartija! Los reptiles son la gran cosa para mí.
EliminarUn abrazo, Telma.
Cuando tenía 13 ó 14 años teníamos una tortuga en casa de mis padres. Mi hermana y yo la sacamos del acuario, y desapareció, fue imposible encontrarla, pensamos que algún día aparecería muerta en algún rincón. Aproximadamente al año cuando no nos acordábamos siquiera de ella, apareció, vivita y coleando
ResponderEliminarSuper resistentes y capaces de estar solas. Me queda muy claro por qué tengo tortugas ;)
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