domingo, 17 de marzo de 2013

Ningún problema

"Limitar a Dios con las ideas de uno..." @jxoegxamero

En el trabajo, preocuparme por lo que le toca resolver a mi jefa es una soberana pérdida de tiempo: lo aprendí la segunda vez que, después de dar mil vueltas a una gran cosa en mi cabeza, recibí una solución inmediata y efectiva en cuanto le dije cuál era "el problema". Mi gran cosa era una cosita para ella. No es tanto cuestión de jerarquía sino de ámbitos: también ella dejó de gastar energía cuando pudo delegarme asuntos que no son su fuerte.

Los creyentes tenemos la suerte de poder hacer eso con Dios. Pasarle el problema.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. ¿Sí? ¿Es así de sencillo? Yo es que no lo consigo, será que me cuesta mucho delegar, cuando se lo paso es ya porque no me veo con fuerzas ni posibilidades de resolverlo por mi misma, o porque no está en mi mano

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    1. Así de sencillo. Cuestión de práctica ;) primero con las cosas enormes porque no queda de otra, luego con cualquier cosa :)

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  2. No lo había pensado. Rezar es una manera de delegar nuestros problemas. Un beso.

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