jueves, 27 de septiembre de 2012

La música que pone otro

Escribe Pablo Fernández que una de las gracias del radio es que una no elige la siguiente canción que va a sonar. Me identifico con la idea. [Claro que es posible comunicarse a la cabina y pedir una canción, pero esto no es un control personal sobre la programación; además, una persona normalmente no llama todo el tiempo que está prendido el aparato.]

Algo-así-pero-diferente pasa con el autobús escolar. Es posible que el conductor sintonice una estación que reproduce música de los años "ochentas, noventas, y más" -según repite continuamente una voz, entre canción y canción-. También puede poner un disco, u otro, u otro; creo que son tres. [No deben ser "discos", ¡con la cantidad de dispositivos que hay ahora!] Yo no escogería ninguna de las opciones, pero de alguna manera, las disfruto todas.

En cambio, me toca un fondo musical en el Departamento -donde trabajo-, que no me gusta. Contamos con un sistema de sonido que hace que otros ambienten el lugar con selecciones musicales "aptas para el trabajo". Muchas veces, varios de los temas me gustan; de hecho, creo que la selección es apropiada; no puedo decir que en sí misma me disguste. Pero no la quiero ahí, no en ese momento, no sin que yo lo decida.

Silvia Parque

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