viernes, 29 de junio de 2012

Todo por $4

Hoy he entrado a una de esas tiendas de "Todo por $4". Tomé un jabón de cacahuananche, que sé que es bueno porque hace tiempo vi sus resultados. Tomé algo más, y algo más, y otras dos cosas, que me estaban haciendo falta. Entonces recordé el Falun Dafa.

El jabón es mexicano, pero tres de las otras cuatro cosas, eran chinas, y muy probablemente, también lo fuera la cosa número cuatro. Entre las múltiples cosas que permiten esos precios, está la cuasi-esclavitud -y algunos hablan de esclavitud sin "cuasi"- de muchísimas personas en el industrioso país de la Gran Muralla.

Pensé que esa sería la última vez que comprara cosas así. Pensé que los problemas del mundo son demasiado complejos y mi familia se beneficiaría de los cuatro artículos que llevaba en la canastita.

Los dejé. No soy de "causas", hace muchos años. No hago campaña para que el montón de gente que tiene la satisfacción de la semana comprando chucherías chinas para sus hijos, se abstenga de ello. Pero cuando una sabe, no puede no saber.

Hay otras cosas que hago que perjudican indirectamente a otros, al mundo social o al ecosistema. No me doy golpes de pecho, ni me siento orgullosa por hacerlas.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. No creo que ese "asunto moral" deba recaer en el consumidor. Para eso están los gobiernos, no? Que iluso.

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    1. Creo que hay dos asuntos. El asunto de que haya abuso hasta el grado de la esclavitud debieran arreglarlo los Estados, supongo que vía sus gobiernos; los ciudadanos deberían exigirlo. Luego está el asunto de comprar algo que fue manufacturado a través de ese abuso que pudiera llegar al grado de la esclavitud; eso enteramente recae en quien compra. Quien compra no está esclavizando a nadie ni explotando a alguien; pero está siendo parte de la cadena que mantiene el sistema; por otra parte, no comprar es una forma de decir: "no estoy de acuerdo" :)

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