jueves, 7 de junio de 2012

Limpiando la casa

A cierta edad, cobra importancia que lo de alrededor esté limpio.

Cuando era adolescente, resolví que no tendería mi cama; tenía esa idea infantil de que es una tontería tender la cama que va a destenderse otra vez por la noche, y ahora tenía el poder de hacer lo que me diera la gana dentro de mi habitación. Así que no tendí la cama durante un buen tiempo. Se nota que los años no pasan en balde, porque si ahora me acuesto sobre una cama sin tender, no me encuentro a gusto; en aquel entonces dormía estupendamente sobre cualquier cosa. Pero un día, descubrí un bichito. No sé qué era. Pero tendí mi cama.

Hoy es día de limpiar la casa. Lo hago muy poco. No sé me da bien, pero me gusta porque lo hago tan poco, que resulta simbólico. Es hacerme agradable el lugar, darle un buen fondo a mis ratos, un buen marco al amor, y como creo que como es adentro es afuera, también es construir posibilidades.

Silvia Parque 

No hay comentarios:

Publicar un comentario