De niña, cuando tuve varicela y escarlatina, bastó con que me dijeran que si me rascaba podía quedarme una marca en la piel. También aprendí pronto a ahorrar: así podía comprar una cosa grande después, a cambio de las pequeñas cosas que no compraba ahora. Más o menos a los treinta años, algo se atrofió en el mecanismo.
Silvia Parque
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