Necesitamos al
otro, y no puede ser cualquier otro; primero porque le toca cumplir una función, así que si cumple otra u otras, éstas han de ser compatibles; luego, porque además la persona misma donde encarna el
otro, ha de ser esa, justamente la que tenía que ser, y no una diferente. Hay
otros elegidos y
otros que aparecen; pero todos son atraídos por la necesidad. Según me explica Ana Islas, la necesidad no es siempre la de "necesitar" comer o la de revisar tres veces que el dinero esté completo: en los vericuetos del inconsciente, la querencia es una necesidad.
A veces, le queda a una claro la necesidad de un
otro para algo específico, y se le procura. Así formamos el grupo de apoyo para pasantes con tres años como tesistas. Atendemos lo afectivo para que no estorbe -los dramas por los que no hemos terminado-; pero nos concentramos en la parte técnico práctica de cuándo hacer qué. La dirección técnica es posible y funciona, por la contención. La contención es sobre todo, la mirada del otro.
Silvia Parque
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