Hay veces que no se trata de un pastel sino, por ejemplo, de una pierna de cerdo; en este caso hay que sacarla para darle la vuelta, sacarla otra vez para agregarle esto y aquéllo, y luego hay que estar cuidando que se dore una parte, que conserve el jugo, etc. La sensatez ha de ser poder reconocer entre un pastel y una pierna de cerdo. A veces una nada más sabe que tiene hambre.
Me haré un té.
Silvia Parque
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