Mi abuela no pudo adaptarse al "entretiempo" en San Luis Potosí. Decía que no podía guardar nunca las cobijas o la ropa de invierno, y le molestaba tener que usar suéteres encima de mangas cortas. O frío o calor, quería ella, como en nuestro norte. Un norte más bien de su tiempo, porque para cuando salí de ahí, el famoso cambio climático, también nos daba días medio veraniegos al final del otoño. Como haya sido, me gusta recordar los fríos-fríos, y los calores-calores; desde aquí.
Silvia Parque
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