martes, 7 de agosto de 2018

No querer

Un día tienes que poner punto final a los intentos de algo que no sale. AQUÍ hablo de abandonar la tesis. En esa publicación, Macondo comentó: "Las cosas son como son, no como se supone que tienen que ser. Es conveniente reunirse con uno mismo de vez en cuando para ver si estamos en el camino que queremos y podemos estar".

A mí me parece bien difícil "finiquitar" un asunto cuando no se han agotado totalmente los recursos o las posibilidades de que salga adelante. Soy malísima para iniciar cosas y abandono muchas de las que inicio en la primera parte del camino, pero no las abandono en mi mente: en mi mente siguen apareciendo como algo que podría ser -no que pudo ser-. Y pesan.

Lo más difícil de "finiquitar" en mi vida ha sido mi matrimonio. He tardado años en terminar-de-terminar. ¿Cómo, con toda esa historia? ¿Y si intentara más así o menos de la otra manera? Habría sido mucho más conveniente terminar cuando todo se descompuso, pero entonces no habría nuestra hija. Habría sido mucho más práctico terminar cuando era evidente que ya no nos moveríamos de nuestras posturas de "esto quiero, esto puedo, esto soy"; pero ya que no lo hicimos, rescaté haberme dado la certeza de agotar mis recursos y las posibilidades de que eso saliera adelante. Así iba yo por la vida hasta hace poco, cuando noté algo terrible. Creo que lo había notado antes, pero no de esta manera tan impactante:

Lo crucial nunca fue no poder. No podía, no podía y no podía, pero seguía intentándolo. Un día, ya no quise. Otro día, incluso, supe que podría poder, pero ya no quería. Me dolió el alma, otra vez. Y nada: "que las cosas son como son, no como se supone que tienen que ser".

Silvia Parque

8 comentarios:

  1. Cuando terminé con Luis me pasó lo mismo amiga. Me dolió tanto saber que yo ya no quería, como me dolió su ausencia.

    ResponderEliminar
  2. No creo que refuerce tus argumentos apoyarlos en citas de personajes que dicen tan poco, pero a mí me llega al alma.
    Muchas gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dices mucho, mucho que vale; además dices bien. Yo te agradezco.

      Eliminar
  3. A veces no queda de otra que rendirse a la evidencia. hya proyectos que nos ilusionaron un barbaridad y que poco a poco se ha ido diluyendo en importancia, en prioridad, en interés. De manera independiente de querer y poder, se diluyen, sin casi hacer ruido.

    Me gusta que aparques lo que ya no te llena, ni te enriquece, ni te motiva, porque a pesar de ser duro , es lo mejor. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón. Esa imagen no la había considerado y es verdad que ocurre: hay proyectos que simplemente se diluyen, independientemente del querer y del poder.
      Y pues, supongo que hay una edad en la que verdaderamente toca hacer lo que una cree que es lo mejor, aunque sea duro... Gracias por tu apreciación, me hace sentir cariño.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. Tenía 20 años, estuve enamorada por 7 de un hombre del que ahora ni recuerdo. Mamá me dice un día " ¿sabes?, L. A. se ha casado hoy (era un sábado). Estaba peinándome frente al espejo, algo se quebró para siempre.
    Desde ahí aprendí a cortar de raíz las cosas que no funcionan, es muy doloroso, pero más sano.
    Dios te ayude en el proceso que es más lento.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por compartir. Casi pude ver cómo se quebró eso que llamas "algo" mientras te leía. Qué doloroso. Aprendiste joven.
      Gracias, de verdad. Tu "Dios te ayude" para mí es algo que tiene efecto. Dios me hizo literalmente levantarme del piso y lograr comer, bañarme, dormir, cuando sentía que me deshacía; no puedo menos que contar con Él para el resto del proceso... lento proceso.
      Abrazo apretado, Ojo humano.

      Eliminar