jueves, 4 de enero de 2018

"Aguántate" y las aguantadoras

"Mala"

Las mujeres oímos a menudo "aguántate". En serio y en mal plan, de diferentes modos.

En general, aprendemos a lidiar con el malestar físico sin dejar de cumplir con lo que asumimos como deber, mucho más que los hombres. Y "la costumbre se hace ley", dice mi abuela. La que no haga lo que las demás es mínimo señalada. "No aguanta nada", dicen sobre todo otras mujeres, antes de contar lo que sí aguantan ellas: las aguantadoras.

Hay múltiples "aguántate" en la violencia obstétrica. Quienes evitan esta violencia al grado de evitar el hospital, a veces porque ya pasaron por ella en un parto anterior, no están evitando poquita cosa, pero el mensaje del mundo es: "aguántate".

He leído varios comentarios en los que se da a entender que una mujer normal pone el bienestar de su criatura por encima de su comodidad, como crítica a las que deciden parir en casa. Según esta idea, quienes nos planteamos parir en casa queremos estar cómodas aún a costa de la suerte del hijo o la hija que viene. Como el embarazo es rete-cómodo, ahora no queremos incomodarnos.

Ojo que no estoy hablando de la conveniencia o la inconveniencia del parto en casa, que es otro tema, sino de este modo en que se juzga a las mujeres que se lo plantean y lo llevan a cabo. Se les juzga de varios modos: locas, irresponsables, tontas; yo ahora hablo solo de juzgarlas "cómodas". Aunque tal vez va implícito lo de "tontas"...

Cualquier mujer adulta con mínima inteligencia comprende la necesidad de vivir incomodidades: así es la vida. Sufrir violencia obstétrica no es pasar incomodidades, como cuando el día está caluroso o está frío, es sufrir violencia. Y si la mayoría anteponemos la seguridad de nuestras criaturas y nuestra propia seguridad a cualquier otra cosa, de modo que "mejor asegurar la vida aunque maltratados", qué patética situación y qué patética respuesta de la sociedad: "aguántate". Además, qué miserable no reconocer lo que han sufrido otras porque a mí no me pasó o porque me pasó y no me afectó -he de ser "aguantadora"-. Ojo que se puede concluir que es mala idea parir en casa sin minimizar la violencia obstétrica y en una lógica ajena al "aguántate".

A lo que voy es a que, en general, se minimizan los malestares, daños y sufrimientos de las mujeres y se les anima o se les empuja a aguantar. Ya se ven menos relaciones nefastas "por el bien de los hijos", pero sigue siendo común que las mujeres tengan buenos motivos para "aguantar" lo que estén pasando. Las que no aguantan son exageradas, delicadas, histéricas, brujas; malas.

"A Fulanita no se le puede decir nada". ¿Pero por qué se le podría decir "algo"? No será un elogio sincero lo que no acepta. Seguramente es algo fuera de lugar cuando no una falta de respeto. Pero líbrenos Dios de la respuesta tajante que merecen comentarios tipo "deberías bajarle a las harinas porque al rato no te va a quedar nada". O que no nos libre. Que arda Troya de vez en cuando.

Silvia Parque

8 comentarios:

  1. Yo de verdad que no quiero ser miserable, y entiendo que habrá casos de violencia obstetrica, pero no puedo creer que sean tantos.
    El personal sanitario suele ser vocacional y hacen las cosas lo mejor que pueden y saben. Y claro que hay excepciones, como en todos los gremios. Demonizar la función de médicos, enfermeras y hospitales, por errores que se hayan cometido, no es la solución.
    Los errores se tendrán que hacer públicos y solucionar, pero no generalizar.
    Y no es sólo porque yo no lo haya vivido ( que gracias a Dios siempre he tenido un trato impecable), es por lo que expongo, de que al menos en España los casos negativos no pueden ser tantos.

    Ya de que no era el tema principal pero no he podido evitar mi reflexión.

    Sobre el tema, pues sí, estoy de acuerdo, a las mujeres se nos exige mucho aguante, empezando por nosotras mismas.

    Besos

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    1. No te imagino siendo miserable; hay puntos de vista diferentes y en esta cuestión falta algo básico que es conocer la dimensión del problema, para empezar, contabilizando los casos desde una investigación con perspectiva de género en la que se escuche a las mujeres (y no, por ejemplo, viendo el registro de demandas legales).
      Es común "no ver", por ejemplo, la violencia que hay en decir a una parturienta "aguántese, bien que le gustó lo que hizo para estar así" o en el hecho de que un profesional llegue y sin presentarse ni dar explicaciones empiece a trabajar en su cuerpo -de ella, obviamente-. Creo que eso es estructural porque parte del modo en que son concebidas las mujeres: "deberían aguantar", "deberían someterse". También creo que es estructural la violencia que se ejerce desde la medicina porque se trata del modo en que se establece y se mantiene la posición de poder de "el que sabe", alguien que puede incluso realizar un procedimiento innecesario sobre el cuerpo de otra persona sin que se le cuestione. Y cuando los problemas son estructurales, los casos son más bien muchos porque son lo común, incluso aunque las personas que ejercen violencia sean buenas personas con vocación. No me imagino que el personal de salud sea un grupo de malotes queriendo hacer las cosas mal; también creo que la mayoría hace lo mejor que puede y sabe, pero no querer saber qué están diciendo las mujeres que pasan por estas experiencias ya no habla muy bien de ellos. Sobre esto último, el problema ya sería grave con que hubiera unos pocos casos, si no hay una respuesta de condena y de verdadera búsqueda de soluciones por parte de los profesionales y de las instituciones.
      Si en España el machismo es menor y si los médicos no están encumbrados en una posición de poder, entonces la cuestión será muy diferente. En el mismo México, yo que fui del norte al centro y ahora de regreso del centro al norte, constato que el machismo es bien distinto: no necesariamente menor en un lado y mayor en otro, pero sí con manifestaciones muy diferentes.
      Besos, querida Matt.

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    2. No puedo imaginar a ninguno de los médicos que me han atendido en mis partos diciendo una frase tan soez o no explicándome la exploración que me iban a hacer.
      Aquí también hay casos feos, se leen y se oyen, pero por suerte ni de lejos los he visto. Ni yo ni mi hermana ni ninguna amiga. Ya digo que no niego que exista pero me resulta increíble.
      Besos

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    3. ¿Verdad que es soez? Me da gusto que te resulte increíble de tan lejano. Acá no es raro. Claro que no todos, no siempre; pero no es raro.
      Besos, Matt.

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  2. Algo se ha caminado, pero hay mucho camino todavía por recorrer en eso de la igualdad.
    Por cierto, yo nací en casa. Mis hermanos pequeños ya no.

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    1. Ayer en una conversación decíamos que la apuesta es por las pequeñas personas que amamos: que a ellas les toque algo diferente.
      Me parece muy bonito recibir a un niño en el hogar al que va a pertenecer. ¿Para tu mamá fue una buena experiencia? Mi abuela tuvo el quinto de sus siete partos en casa; ella porque mi abuelo la dejó a su suerte en esa temporada y siendo dependiente de él, no tuvo recursos para ir al hospital. No lo cuenta como algo bueno.

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  3. Lo dijo muy bien Macondo, a pesar de algunas cosas en las que se ha avanzado, sigue siendo un mundo machista. Y si los que tendríamos que aguantarnos fuéramos los hombres ya habría todo un sistema para no tener que "aguantarsela"

    saludos!

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