martes, 4 de julio de 2017

Mi hija no guarda sus juguetes


A mi hija le gusta tirar las cosas. Una tarde, se quejaba, según yo, de que no podía sacar unos bloques de su bolsa. Decía "tiraaar, tiraaaar", mientras intentaba que los bloques salieran. "No es tirar", le dije, "es sacar". Y procedí a modelar cómo meter la mano y sacar los bloques, uno a uno. Pero ella se las ingenió para comunicar que eso no la satisfacía. Quería que todos cayeran en tropel. Quería "tirar": que sonaran, que hicieran montón, que no se supiera el lugar que ocuparían...

Le gusta tirar sus bloques, sus tapaderitas y sus colores, que son lo que más se presta para eso; pero en general: le gusta tirar.

Tiene un platito en el que van seis rebanadas de pastel. Con ese juguete, suele molestarse si se caen las piezas; pero le gusta tirar, así que tuvo una temporada en que tiraba las rebanadas a propósito y luego se quejaba amargamente porque habían caído. También le gustaba -o le gusta- aventar; pero eso sí me molesta, así que ya lo hace mucho menos, a fuerza de repetir unas cien veces: "Eso no es pelota, ve por una pelota si quieres aventar".

El caso es que a la niña le gusta tirar los juguetes y sea que los tire o los saque, le gusta que estén "tirados".

Yo entiendo lo que es querer que una cosa esté en determinado lugar de determinada manera mientras estás usando otra, y entiendo que a veces estás usando algo que en ese momento no estás mirando, ni tocando, ni nada. Tal vez por mi empatía, me parece bien que haya juguetes por todos lados, prácticamente todo el tiempo. Pero en algún momento tenemos que recoger y guardar. Y casi nunca está de acuerdo. Para ser precisa, en las últimas semanas nunca ha estado realmente de acuerdo.

No puedo decir que no sé que hacer. Me queda claro que en estos casos, el condicionamiento es útil y que nos urge incorporar "horas de recoger" a la rutina. Pero he sido negligente. Pretextos me sobran; al final casi siempre se trata de que pido paz y me sale más barato recoger yo. Claro que en la educación de los hijos, más que en cualquier otra cosa: lo barato sale caro. A ver si publicarlo aquí me hace aplicarme.

De cualquier manera, todo mi reconocimiento a los creadores de la canción: "A guardar, a guardar" (Esta es mi versión preferida.) Si algo ha sido posible, ha sido gracias a ellos.

Al menos, hay por donde pasar.
El final de un día normal, nada caótico.














 Silvia Parque

10 comentarios:

  1. "Yo creo que tiene razón la niña".
    No te mosquees. Era un comentario que hacía mi abuelo para pinchar a mi madre, cuando estaba recriminándon alguna cosa a cualquiera de sus nietos.
    Besos.

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    1. XD XD Si es que me da miedo ser la más pasalona del mundo con estas cosas... bueno: me da miedo eso y terminar recogiendo su tiradero cuando tenga diez años, porque yo digo que jamás, pero muchas cosas se han dicho en este mundo...

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    2. Luego vendrá el no hacerse la cama o no guardarse la ropa. ¿Cuántos días crees que aguantarás?

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    3. :S :S :S El meollo del asunto es que usualmente yo no tiendo mi cama ni guardo mi ropa. La cama de ella, apenas la sacudo y la acomodo al final del día, y su ropa tengo cuidado de no mezlar la limpia con la sucia, pero a veces se usa toda la "tanda" de ropa limpia, antes de que haya sido debidamente doblada y guardada.

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  2. Sabes cómo lo he solucionado yo? Tanto mi hijo mayor como yo somos un desastre. Se nos da fatal mantener el orden. Así que sólo prestamos especial atención a las zonas comunes. Esas deben estar impecables. Pero luego, cada uno tiene su cuarto a su manera. Así respetamos cada uno el espacio del otro y a la vez el de todos.

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    1. ¡Oye! Eso me parece muy aplicable a nosotras. Es que parte de mi "falla" en esto, es que verdaderamente soy MUY empática con ella porque soy así o peor de "tiradora". En algunas cosas sí quiero mejorar, como en mantener los papeles bien guardados, clasificados y accesibles; pero, en otras cosas no me interesa "mejorar", como en la forma en que mi ropa se amontona en el clóset.

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    2. Pues de eso se trata. Es importante aprender a convivir, por eso las zonas comunes no pueden estar llenas de trastos. Pero el que es desordenado necesita, creo, un espacio en el que poder serlo. Así es más fácil.

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    3. Me gusta la idea. Nosotras no tenemos un "área personal" porque compartimos recámara y el lugar de sus juguetes está en áreas comunes. Así que lo primero será delimitar un espacio personal "suyo", donde pueda dejar como quiera.

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  3. Es bueno tener cajas grandes donde guardarlo todo. Un beso.

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    1. ¡Si es que lo más simple es lo mejor, tantas veces!
      Un beso, Susana. Me da gusto leerte.

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