viernes, 7 de agosto de 2015

Cómo matar una mosca en mi casa

Ha empezado la temporada de moscas 2015.

Los pañalitos sucios en las bolsas de basura del patio, no ayudan (aunque el camión de la basura pasa todas las noches, excepto las del domingo, a veces las bolsas se quedan con nosotros un par de días). Pero como se dice por ahí: no es lo que hay, sino lo que haces con lo que hay.

Lo que debería hacerse primero es acordar una política doméstica en relación con los dípteros. Lo de acordar se debe a que no todo el mundo aprecia las dictaduras, a pesar de lo eficaces que pueden ser.

Si yo fuera la dictadora de mis sueños, prohibiría terminantemente matar moscas con algo más que el matamoscas. Me parece primitivo y desagradable. Puede que sea necesario en alguna urgencia, pero debería ser muy raro y dar pena. Aún en esos casos, salvo los zapatos, no debería usarse nada que no pueda tirarse a la basura.

Una vez muerta la mosca, hay también que tirarla a la basura. No se desintegran. Habría que limpiar de inmediato el lugar del deceso, pero no pido tanto: es suficiente con que el cuerpo termine donde debe ser.

Luego estarían los estatutos para el manejo del matamoscas.

Un matamoscas debería estar suficientemente lejos de la vida civilizada y suficientemente a la mano para cuando se le requiere. Y nunca de los nuncas debería blandirse. ¡No es un abanico! Hay tal esparcimiento de microbios, moviendo el arma de un lado para otro, que casi mejor dejar a la mosca en paz.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Hoy has estado especialmente sembrada, Silvia.
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Los bichos son asquerosos. Todos. Las moscas, además, unas pesadas insoportables! A mí me da mucho asco que maten a una delante de mí...

    Besos, últimamente ni leo ni escribo, pero quería pasar a saludarte!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Saludos desde acá, Telma! Qué bueno que pases :)
      Ya sabes que a mí los bichos me gustan, pero con las moscas, estoy contigo.

      Eliminar