martes, 3 de marzo de 2015

Rutina buena y rutina mala

Noté que puedo decir que amo la rutina y que no soporto lo rutinario, y ambas cosas son ciertas.

La rutina me da estructura, y yo amo estar sujeta: de inmediato me pongo el cinturón de seguridad. Supongo que siguiendo una rutina, me siento un poco como jugando Tetris: me satisfago cuando ha sido hecho lo que estaba dispuesto que fuera hecho primero, y siento que le sigue lo que estaba dispuesto que fuera hecho después. Cuando tengo cinco o seis días con una rutina establecida, y todo va bien, siento que me va bien en la vida; tal vez porque mis rutinas tienen ese propósito.

Pero me desanima profundamente, por ejemplo, la idea de cumplir un horario de oficina, con lo que eso suele implicar: llegar a un pase de lista y hacer lo programado, que se repite al siguiente día, a la siguiente semana, al siguiente mes...

Tratando de entender por qué mi rutina sí me gusta, lo primero que pienso es que mi rutina es "mía". Está hecha considerando mi particularidad, y es flexible en consideración a mis necesidades. Pero, además, encuentro que mi rutina es más de forma que de fondo, y que lo que puede llamarse "rutina de contenidos" es lo que realmente me parece insoportable. Yo puedo trabajar con alguien cuyo tema es la educación infantil, y luego con alguien cuyo tema es la depresión en ancianos. Usualmente trabajo con psicólogos o profesores, pero ahora la vida me ha sorprendido con el trabajo de una mercadóloga. Esa diversidad me alimenta.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. La diversidad da interés a la vida. Y además la rutina es otra cosa si la eliges tú. Un beso.

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    1. Sí: hay tanto por ver, que creo que algunos tenemos necesidad de "verlo" para vivir :) Y sí: la rutina que una elige pues es "al gusto" ;)
      Un beso, Susana.

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  2. Nunca mejor dicho: "amo la rutina y que no soporto lo rutinario".

    :)

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