lunes, 24 de noviembre de 2014

Hacer daño

Cuando una persona hace daño a otra, hay efectos, tenemos reacciones; se ponen en funcionamiento recursos internos para seguir viviendo con eso y hay quienes incluso evolucionan a partir de un aprendizaje en relación con la experiencia.

Pero cuando se le hace daño a un niño muy pequeño (a una niña pequeña), los recursos son pobres todavía y el efecto del daño es exponencial. Hay niños lastimados hasta la médula de su ser. No quiero imaginar la deuda en un alma que ha sido capaz de hacer eso.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Es cierto. Los niños no se curan tan fácilmente. Un beso.

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    1. No es lo mismo lastimar algo formado, que algo que se está formando.
      Un beso, Susana.

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  2. De esos daños en la médula estamos compuestos, de eso y polvo de estrellas.

    Y, ahora que me asomo al mar, creo que también de agua de mar.

    Esa economía...
    ¡Saludos!

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    1. No... a todos nos hacen huecos desde los que logramos constituirnos; la madre distante, el padre abusivo, el entorno hostil; a cada cual le toca algo. Pero yo pienso en "palabras mayores", y en ese daño por el que un niño se hace incapaz, por ejemplo, de conseguir un vínculo afectivo medianamente sano con otra persona.
      ¡Qué rico el mar!
      ¡Abrazo!

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