domingo, 6 de octubre de 2013

El momento de poner manos a la obra

Un día llega el momento en que es necesario poner manos a la obra; por ejemplo, con un trámite que se ha dejado para después, o con un tratamiento que se ha estado evadiendo. O no llega, claro. Si llega es porque se presenta una de las siguientes dos condiciones: hay consecuencias negativas a punto de ocurrir por no poner manos a la obra, o ya están ocurriendo; o bien, sentimos el impulso natural de poner manos a la obra con el primer punto/cosa que constituya el asunto sobre el que hay que poner manos a la obra, y el primer punto/cosa lleva al segundo y al tercero.  

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Hay dos maneras, es cierto, postergar hasta que las consecuencias negativas están a punto de llegar, o planificarlo cada día, no hacerlo, volver a planificarlo para el día siguiente, así durante tiempo hasta que un día de repente te levantas y sin pensarlo te pones a hacerlo. Luego está cuando vas postergando hasta que una circunstancia externa con la que no contabas te obliga a ponerte a ello sin más dilación.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí que sí. Antes me reclamaba a mí misma: "¡pero por qué esperas a que esté encima!" (un plazo o una consecuencia), ahora ya veo que también esperar a que esté encima, es un recurso; espero tener mejores recursos, pero si es lo que hay, es lo que hay ;)
      ¡¡Besos, Inma!!

      Eliminar