viernes, 13 de septiembre de 2013

Veo pasar tweets...

Veo pasar tweets entre que llega la hora del ultimátum que se dio a los manifestantes que ocupan el Zócalo de la ciudad de México. [En mi mente: "Cuando todo se ha desencadenado", que escribió Kimball hace años, sobre alguna cosa que pasó hace años, igual que las cosas que pasan siempre, en algunos momentos más consecutiva o vistosamente que en otros.] Escribo en medio de un ajetreo cercano al mini-caos, en el Departamento de esta institución pública, en un pequeño espacio de tiempo en el que mi parte en los procesos está trabada hasta que pueda reunirme con el equipo que, para más señas, sí se está moviendo. Ellas son resolutivas. Yo no. Al menos no naturalmente. Yo pienso en qué tan igual es la protesta de hoy a tantas protestas, qué tanto sirve como paliativo para que no "pase algo más grande"... en qué persona adulta está realmente queriendo que "pase algo más grande"... qué tan necesario es que un día pase... gracias a qué o a quiénes ocurriría, y para qué. Por un momento supongo que no hay para qués que valgan la pena del daño. Pero siempre hay por qués, que son otra cosa y no fallan.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. En México necesitáis una solución pero espero que no sea armada. A veces es peor el remedio que la enfermedad. Un beso.

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    1. Todavía pienso que podríamos hablar, escuchar, acordar y encontrar soluciones. Hay muchas personas con capacidad e ideas, y creo que somos más las personas de buena voluntad. No temo un "levantamiento" porque el sistema funciona muy bien en ese sentido: dejan que haya protestas lo suficiente como para que la gente se desahogue, y luego reprimen o distraen. Es complicado. A veces es peor el remedio que la enfermedad... con esto recuerdo que la gente con terribles dolores crónicos, es capaz de dispararse en alguna parte del cuerpo que no le duela, con tal de dejar de sentir el dolor que ya no soportan más y que no hay posibilidad de aminorar. También es cuestión de dignidad... con eso recuerdo a mi abuela cuando se divorció; perdió su casa, perdió la posibilidad de tener una pensión, se complicó mucho la vida, pero no se arrepiente de haber salido de una situación que le parecía indigna...
      Un beso, Susana. Gracias por interesarte.

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