sábado, 27 de julio de 2013

Tarde de teatro

Después de ver por segunda ocasión Pipí, con Miguel Ortiz -y de disfrutar jazz en la plaza-, me metí en las Historias contadas a las puertas del infierno, dirigidas por Abelardo Rodríguez.

Mi tarde reafirmó mi convicción de que, para aportar algo al mundo social, no hay más que hacer con conciencia lo que toca hacer desde la vocación de cada cual. Eso, y que atreverse a proponer hace la diferencia entre crear y repetir, y por consecuencia, entre realizarse y nada más consumir los días.

Silvia Parque 

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